"Cuando se abre la puerta, me saco la gorra y digo: ´Hola, soy el profe´. Y cuando me retiro, vuelvo a ser Salorio". Así se presenta a sí mismo el protagonista de esta historia. Un personaje que tiene mucho de tal, pero también posee un signo distintivo que, en la actualidad, es un gran atributo para trabajar con los chicos: es un ser formador por naturaleza.
Hace algunos meses, después de haber trabajo junto a la Selección Sub 20 de Humberto Grondona, que supo ser campeona sudamericana en Uruguay a principios de año, y de haber participado en el Mundial de la categoría en Nueva Zelanda, le llegó un nuevo reto. Dos en realidad. Comenzó a ser el preparador físico de la Sub 15, dirigida por Walter Coyette, con quien alzó el título del mundo en Qatar '95. Un reto más para su extensa trayectoria. "Hicimos un trabajo en cuatro meses que lleva un año", resumió el hombre del bigote.
Conocedor cómo pocos del manejo de un grupo de juveniles, su visión va más allá de si la pelota entra o no al arco: "Los resultados son los que juzgan el trabajo. Pero yo tengo que juzgar según la educación que le damos a nuestros chicos. Ellos tienen que respetar a todos los que tienen a su alrededor. Recién empiezan y están en la Casa Blanca del fútbol mundial". Así sintetiza al Predio de Ezeiza, su segunda casa, donde supo recibir a todos los grandes jugadores argentinos de las últimas dos décadas.
Sentado, gesticula y se pone el delantal de docente. Muestra su teléfono celular, uno que no está muy a la moda, pero que sirve a la perfección para demostrar lo que exigen los jóvenes de hoy, a la hora de ponerse a trabajar. "Vos tenés que mutar. Si crees que ellos son los que tienen que cambiar, estás perdido. Tenés que buscar otras vivencias, otra metodología. Por ejemplo, yo lo tuve a Gastón (Coyette) y él no me tuteaba, y estos chicos, sí lo hacen", analiza, Gerardo.
Sólo faltan unas horas para el estreno en el Sudamericano. Sabe que será la primera experiencia internacional para este grupo, que reconoce tiene grandes jugadores. Cuando empiece a sonar el himno, utilizará su ojo clínico para ver el semblante de sus chicos. "Ponerte la celeste y blanca es algo...." y hace un gesto que enaltece su figura.
Claro, Salorio se coronó muchas veces y vivió más de 350 partidos internacionales con la Selección. Por eso, que mejor que tenerlo de Profe para esta camada que va por su sueño en Colombia.