“A los más chicos les digo que luchen por lo que quieren, porque tarde o temprano todo llega para el que tiene en claro por lo que pelea día a día. Nunca hay que bajar los brazos”.

 

Muchas veces estas palabras resuenan en el mundo del fútbol. Un mundo que no sólo mezcla la alegría de los goles, la tristeza de un partido perdido y el folklore de los cánticos, sino que también tiene un lado donde los sueños se hacen presentes.

 

Con una carrera que comenzó en el club Ateneo de la Juventud y sigue en Flandria, hoy Matías puede cumplir uno de sus sueños más preciados: vestir los colores de nuestro país. “Estar acá es algo único, difícil de describir. Estoy muy contento de que me hayan elegido, es como un premio al esfuerzo que uno hace día a día”, cuenta con una emoción en sus ojos casi palpable.

 

 “Me levanto a las 7.30 y voy a entrenar al club. Me queda un poco lejos, pero el sólo pensar que voy a entrenar a un lugar tan importante como lo es el predio de AFA, y todo lo que eso conlleva, es motivante para mí. Un lindo desafío.”, cuenta Matías nacido un 5 de agosto de 1993 en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Pero a pesar que la vida le va presentando nuevos desafíos, él nunca se olvida de transmitir la pasión que este deporte le genera.

 

“Aparte de Flandria, dos veces por semana voy a entrenar arqueros de todas las edades en Ateneo, el club de mi barrio”. Este joven comprendió que la experiencia debe compartirse, que su generosidad puede inspirar a otros y darles nuevas oportunidades en la vida. ¿Por qué no pensar que tal vez, una promesa del fútbol termine agradeciendo a este muchacho que solo quiere dedicarle su tiempo a enseñar las técnicas del puesto que ocupa en la cancha?

 

Ahora un nuevo mundo le abre las puertas a Matías, quien comienza a cosechar el precio de su esfuerzo y sacrificio. India será el destino que albergue un nuevo sueño. Una nueva ilusión. Quizás un nuevo futuro. Y así lo vive el arquero del Canario: “Primero que nada espero hacer las cosas bien para poder ir. Después creo que es una oportunidad para todos nosotros que rara vez se presenta, así que a disfrutarla y aprovecharla al máximo”.

 

El Ateneo lo formó, el Ascenso lo ve crecer y ahora la selección lo lleva a cumplir uno de sus principales sueños: representar a nuestro país.