Durante el verano de 1955, Argentina pisó fuerte de nuevo en tierras chilenas y se quedó con su décima Copa América. Con Guillermo Stábile como entrenador, y Rodolfo Micheli como máximo goleador del certamen con ocho tantos, el conjunto nacional fue superior a todos sus rivales y finalizó invicto tras cinco encuentros.
El primer partido de Argentina en el certamen fue ante Paraguay, con un triunfo por 5-3, con cuatro tantos de Rodolfo Micheli y otro de José Borello. En la segunda jornada otra vez tuvo una gran actuación y derrotó 4-0 a Ecuador (José Borello, Rodolfo Micheli, Ernesto Grillo y Ricardo Bonelli). El único encuentro donde no pudo ganar fue ante Perú, con quien igualó 2-2 y, al siguiente encuentro, goleó 6-0 a Uruguay en el clásico rioplatense.
El último compromiso, ante el local, se presentó como una final, ya que ambas selecciones compartían la cima con siete unidades y el ganador se quedaría con el título. En un Estadio Nacional colmado, Argentina sacó a relucir sus mayores atributos y derrotó 1-0 a Chile. Micheli fue el autor del histórico tanto que le dio la décima estrella continental a la Albiceleste.