06/01/2019

Un grito que se hizo esperar

En Chile, Argentina volvió a colgarse la medalla del mejor del continente. Luego de 32 años sin conseguir la Copa América (durante este lapso obtuvo en dos oportunidades la Copa Mundial), el equipo dirigido por Alfio Basile finalizó el certamen invicto y dio una nueva vuelta olímpica.

Tras finalizar en la segunda posición del Mundial de 1990, Argentina tenía como objetivo volver a conquistar América. Ya sin Carlos Bilardo como entrenador, y con la llegada de Alfio Basile en la conducción, el conjunto nacional se encolumnó detrás de algunos jugadores históricos como Óscar Ruggeri, Sergio Goycochea, Claudio Caniggia y otras apariciones de la época, como Diego Latorre, Leonardo Rodríguez, Diego Simeone y Gabriel Batistuta, quien terminó como el máximo goleador de la competencia.

Argentina integró el Grupo A, donde ganó en sus cuatro presentaciones: 3-0 a Venezuela, 1-0 a Chile, 4-1 a Paraguay y 3-2 a Perú. Con puntaje ideal se clasificó a la fase final en la primera ubicación de su grupo, acompañada por Chile, selección que finalizó segunda.

En la instancia decisiva, además de la selección local, estaban esperando Brasil y Colombia. El primer encuentro, ante el conjunto carioca, resultó clave para las aspiraciones albicelestes: con dos tantos de Darío Franco y otro de Gabriel Batistuta, se quedó con la victoria por 3-2. El siguiente encuentro fue empate sin tantos ante los chilenos, dejando al conjunto de Alfio Basile a una sola victoria de consagrarse campeón. El 21 de julio, en el Estadio Nacional de Santiago, derrotó 2-1 a Colombia, merced a los goles de Diego Simeone y Batistuta, y volvió a quedarse con una nueva Copa América.