Afuera del campo, es un chico tranquilo. Ahí va, siempre con un sonrisa que ilumina su cara. En el cuello le cuelga una cadena que tiene como destino final un dije muy especial. ¿Cuál es esa joya? Una pelota de fútbol, que otra cosa podía estar cerca del corazón de Marcelo Weigandt. Militante de las Inferiores de Boca, tiene el ADN Xeneize en su sangre. Marcador aguerrido, creció en tamaño. La entrega y el sacrificio lo tiene desde chico, eso ya se vio en el Sudamericano Sub 15, con el que se colgó la medalla de bronce en Colombia 2015.
En el mano a mano con la cámara de la AFA, el Chelo habló de las sensaciones de volver a vestirse con la camiseta de Argentina. Y en el momento de hablar de su familia, expulsó muy bien sus sentimientos. Porque esas palabras salieron más del corazón que de su cabeza, en un fiel reflejo de su condición como persona y profesional.
A continuación, y en un click, la palabra de un gladiador de la Albiceleste que sueña con la clasificación al Mundial. Con ustedes, el soldado Weigandt.