Sale del vestuario humilde y silencioso, con el mate, que "siempre acompaña". Como los goles, su medio para hacerse escuchar bien fuerte. Y se sienten los que hizo en Racing y los que hace en los entrenamientos de la Selección Sub 20. Es Lautaro Martínez, que nos cuenta por qué festeja tanto y, además, confiesa su emoción de practicar en Ezeiza con la otra celeste y blanca en el pecho. Pero antes, claro, hay que conocer su historia...
"Yo jugaba en la Selección Sub 17 de Bahía Blanca (su provincia natal), para la liga del Sur, y me vio en una práctica Fabio Radaelli, que era coordinador de Racing; me fichó, me dio pensión, estudio y en enero (2014) empecé a hacer pretemporada", recuerda Martínez, quien armó valijas a los 16 años para vivir "un sueño". Y fue en los pastos de la Academia que el delantero pulió su técnica individual, su cabezazo, "la parte física, mental y la madurez, tanto dentro como fuera de la cancha". Terminó el secundario y, fruto de todo el esfuerzo, le llegó su momento. Sí, el 31 de octubre de 2015, frente a Crucero del Norte, el bahiense debutó en Primera. ¿A quién reemplazó? "Fue un momento único e inolvidable, porque el que salió fue un ídolo del club, ¡Diego Milito!", suelta un emocionado Lautaro.
Desde allí en adelante, su capacidad ofensiva brilló. Y su ansiedad por progresar, también: "Le pedí a Sava que cuando no concentraba con Primera me dejara jugar en Reserva, así podía mantener el ritmo y estar preparado". Que sirvió, sirvió, porque el delantero firmó 11 goles en el último campeonato para transformarse en artillero top de Reserva. Aunque no fue ése el único logro: Julio Olarticoechea, entrenador del Sub 20 de Argentina, paró sus antenas ante tamaña campaña y llamó al futbolista de 18 años en este particular 2016...
"Siempre que pasaba por el predio de Ezeiza quería entrar y ver cómo era. Ahora, juego adentro", admite Martínez, quien se puso la casaca de entrenamiento del Sub 20 por primera vez "con piel de gallina". Sobre la casa de las Selecciones nacionales, el 9 no deja dudas: "El césped es impecable, la indumentaria, todo...". ¿Y sobre el juego? "Mucho ritmo, táctica, tratan de inculcarnos la identidad argentina". La motivación: "Mirarte el pecho y ver el escudo de AFA. Estás defendiendo los colores de tu país". Como si fuera poco, Martínez recibió otro premio a tanto sacrificio: "Ser sparring de la Mayor (antes del viaje a San Juan, previo a la Copa América Centenario) fue especial, no podía parar de mirarlos, ja. Compartir trabajo con esos monstruos es otra meta superada".
Y sí, el pibe que viajó a la gran ciudad en busca de cumplir sus sueños le suma una página gloriosa a su flamante pergamino: ¡Bienvenido al mundo Selección, Lautaro!