Juntos recorrieron un largo camino. Y exitoso. En algún momento, el sendero de algunos de los protagonistas se bifurcaron. Pero volvieron a reunirse en Ezeiza. Edgardo Bauza es acompañado por gente de su riñón en este desafío al frente de la Selección. Hagamos un recorrido para acompañar la imagen elocuente de conjunto. Hay equipo.

 

José Di Leo, clase 1961, fue su compañero de defensa y resultó su fiel ladero en el banco de suplentes. El Camello, ex lateral izquierdo, compartió plantel con Bauza en Rosario Central entre 1986 y 1989. Juntos dieron una vuelta olímpica, en la temporada 86/87. Y el Patón lo ungió como su hombre de confianza ya en su etapa con el buzo. Juntos se dieron el gusto de alzar dos Copas Libertadores como orientadores: con Liga de Quito (Ecuador) en 2008 y con San Lorenzo en 2014. 

 

Bruno Militano es el preparador físico del cuerpo técnico. Formado en la academia Renato Cesarini, está junto a Bauza desde 2007, por lo que ostenta las estrellas obtenidas por el equipo desde entonces.

 

La familia es lo primero. Y la capacidad está probada. Maximiliano Bauza es hijo del entrenador y trabaja a su diestra desde 2009. Se encarga de las estadísticas, seguimiento de rivales y edición de videos. Para un estudioso como el Patón, una tarea trascendental.

 

Y Gustavo Campagnuolo completa la nómina. Ex arquero de Deportivo Español, Racing y San Lorenzo, de paso por el fútbol español y el mexicano; una vez retirado se dedicó a trabajar con los porteros en el Ciclón. Ahí coincidió con Bauza, en su exitoso paso por Boedo entre 2014 y 2015. Hace unos días se despidió de San Lorenzo para volver bajo el ala del DT de la Selección y ser uno de los componentes del equipo del Patón, que aquí presentamos.