El showtime característico de la NBA empezó a asomar el hocico en las canchas de Primera División:  la manga por la que salen los jugadores ya no es un elemento inanimado e irrelevante que pasa de largo sin pena ni (mucho menos) gloria; desde hace un tiempo, en algunos estadios la gente comenzó a observar detenidamente cómo toma forma la extensión por donde salen los jugadores al campo de juego.

 

El sábado 15 de febrero de 2014, los hinchas que fueron al Bosque platense se llevaron una gratísima sorpresa: en los minutos previos al arranque del partido, la rutinaria manga de seguridad se convirtió de repente en un lobo feroz con dientes afilados y boca bien abierta, por donde salían los futbolistas al campo de juego.

 

La fiesta fue completa porque Gimnasia goleó 3-0 a Newell's y la imagen de la "bestia" inflable recorrió todos los medios de comunicación como una noticia simpática. El símbolo tripero sigue vigente y ya se convirtió en un clásico de cada fin de semana en que el conjunto de Pedro Troglio juega en su estadio.

 

Hace menos de un mes -el 14 de septiembre pasado-, Aldosivi le puso color al match con Crucero del Norte (fue victoria 2-0 de los marplatenses) con una manga personalizada de las más impactantes que se vieron hasta ahora: los jugadores comenzaron a salir de las fauces de un Tiburón inflable gigante que llamó la atención incluso fuera del país: el sitio de noticias de fútbol inglés whoateallthepies.tv publicó una nota titulada "El club argentino Aldosivi tiene el túnel más cool del fútbol mundial".

 

El último en subirse a la ola fue Arsenal: el club primero ofreció opciones para que los hinchas elijan qué figura preferían en la manga personalizada; luego difundieron por las redes sociales la imagen ganadora; y el sábado en Sarandí finalmente apareció el modelo ganador, un enorme Viaducto inflable que les dio la bienvenida al equipo local y al plantel de Atlético de Rafaela.

 

Algunas instituciones optan por algo que sea representativo del barrio de origen; en cambio, otras apelan al apodo del club y lo corporizan en un inflable impresionante, como para dejar bien claro quién es el dueño de casa. Son las fantasías animadas que -parece- llegaron para quedarse...