Rosario Central visitaba a Quilmes con la ilusión de llevarse tres puntos que le permitieran quedar a cuatro unidades de los punteros del campeonato. Sin embargo, se encontró con un equipo renovado, que recuperó la autoestima y no baja los brazos jamás.
El equipo rosarino dio muestra de su ambición desde los primeros minutos del partido y a los cinco minutos ya estaba en ventaja, tras una buena definición de Marco Ruben, el máximo anotador del certamen.
El Cervecero acusó el impacto inicial, pero lentamente se repuso y comenzó a presionar en busca de la igualdad, que llegó en el segundo tiempo con una ráfaga de fútbol y tres goles en 12 minutos: empató Emanuel Morales, luego llegó el tanto en contra de Pablo Álvarez, y Claudio Bieler sentenció la historia a tres minutos del final. Los rosarinos no sólo sufrieron la derrota, sino la baja de Marco Ruben, que debió salir en el entretiempo por una molestia lumbar. Una noche negra para la visita.
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