Camiseta azul, vivos negros, sonrisa fresca, juvenil, pletórica. Los pibes campeones mundiales Sub 20 en la lejana Malasia consagraban su figura y la del técnico, José Pekerman, a esa altura de la historia futbolera argentina bicampeón mundial en juveniles.
En 1997, el Fútbol Argentino confirmaba el inicio de un idilio duradero y rendidor. Un romance de esos que nacen, se consolidan y el tiempo, por distintas circunstancias, apaga. Pero la memoria está intacta en el recordatorio de un sábado 5 de julio de 1997 en el Shah Alam Stadium, de Malasia, donde la Selección Argentina Sub 20 se colgó la medalla del mejor.
El camino hacia la gloria comenzó con una victoria por 3-0 ante Hungría, luego otra victoria ante Canada y, en el cierre del grupo E, perdió 3-4 ante Australia, por lo que finalizó en la segunda ubicación. A partir de esto, se tuvo que cruzar en octavos de final ante Inglaterra, donde eliminó a Inglaterra tras un histórico 2-1. En cuartos llegó el turno del clásico sudamericano, ante Brasil, con victoria por 2-0 con tantos de Lionel Scaloni y Fernando Perezlindo. Ya en semis, derrotó 1-0 a Irlanda y en la final apareció otro viejo conocido: Uruguay.
En el estadio Shah Alam, con goles de Esteban Cambiasso y Diego Quintana, el equipo juvenil dirigido por José Pékerman venció a Uruguay 2-1 y se consagró campeona mundial juvenil por tercera vez en nuestra historia.