Esta vez no fue en Brasil. Contrario a la inevitable localía del último Mundial de 2014 debido a la cercanía, ahora los argentinos tuvieron que viajar muchísimos kilómetros para poder decir presente.  Sin embardo, decenas de miles de hinchas celestes y blancos hicieron hasta lo imposible para poder llegar a las frías tierras rusas para comenzar este nuevo sueño...

 

 

Allí están. Gritando, alentando, apoyando. Con la ilusión de que este año será el indicado. El consagratorio. El que les devolverá la gloria. Porque todos juntos somos más.  Porque llegó la hora de alentar. ¡Vamos Argentina!