El sábado 30 de mayo fue la fecha. ¿El escenario? Esa estructura que el protagonista de esta historia hizo más grande. El Camp Nou recibió la finalísima entre el Athletic Bilbao y el Barcelona por la Copa de Su Majestad el Rey. Ambos equipos, máximos ganadores del trofeo, disputaron su edición número 111 y hubo un actor que se llevó todos los flashes. Adivinen...

El partido estaba trabado. Corrían pocos segundos más del minuto 19 de juego. En la previa, mucho se había comentado en España sobre la marca personal que iba a tener Messi. Su sombra tenía nombre y apellido: Mikel Balenziaga. El lateral izquierdo del conjunto vasco iba a quedar en la foto. Y no por las patadas que le tiró a Leo Messi en el incio del partido.

La secuencia sucedió en el costado derecho del ataque barcelonista. El candidato al Balón de Oro tomó la pelota y se sacó de encima a dos rivales. Acto seguido, se escapó con la redonda al pie, entró al área y, amague mediante, cambió de recorrido y disparó, furioso, al palo del portero. En pocas palabras, la definición de una obra maestra más de Messi, nominada al Premio Puskás de la FIFA, como uno de los mejores goles del año. Luego, llegó otro gol más, uno bien de 9 goleador, que selló el 3-1 para los catalanes, ganadores de un nuevo título con el 10 como figura.

El próximo lunes, el capitán de la Selección buscará coronar la temporada de cinco títulos con su quinto Balón de Oro. Esta fue una imagen de otras que vendrán para ilustrar un 2015 fantástico para el Rey Messi.