31/01/2016

Pasión por la pelota

La vieja casona de la calle Pacheco de Melo tiene un encanto señorial. Rodeada por el duro asfalto, mantiene el aspecto elegante del deporte al que representa. Sí, la sede de la URBA (Unón de Rugby de Buenos Aires) fue el lugar elegido para una atrapante charla con Marcelo Loffreda, un referente de la pelota ovalada, pero que bien conoce a la redonda...


"Cuando tenía 9 años nos mudamos con mi familia a la Zona Norte del Gran Buenos Aires, porque la intención de mis padres era que nosotros, tres hermanos, hiciéramos algún deporte", arranca Loffreda, revelando que su destino estaba vinculado a la pasión que genera el juego. Y fue rugby, en el San Isidro Club, la disciplina elegida por el pequeño Marcelo, que rápidamente sorprendería a sus técnicos. Después vendrían todos los logros, liderazgos y participaciones en Los Pumas, como jugador y como entrenador, llevando al equipo nacional hasta el tercer puesto del Mundial de Francia 2007. Todo esto, historia conocida.


Ahora bien, como hermano del fútbol, el experimentado rugbier reconoce haber descubierto "cierta habilidad" con la número 5, "porque pasé de ser arquero, en primaria, a jugar de delantero, volante y hasta defensor" a medida que los años y los torneos internos, "cuando llegaba la pretemporada", del SIC iban pasando. Y también era hombre de cancha. La del Boca del "increíble" Ángel Clemente Rojas. "Gambeteador, pasador, goleador. Rojitas reunía todo", afirma un apasionado Loffreda. ¿Y hoy en día? "La Selección es disfrute". ¿Un jugador? "Sencillamente, Messi. Único". A palabras claras...


Pero la charla no queda ahí. Es más, el salón principal de la URBA se sumerge, aunque sea por un instante, en el mundo del fútbol, y a través de una palabra analítica y autorizada. Al fin y al cabo, son dos deportes que van y nacieron de la mano. Así como de la mano van nuestros referentes, que se admiran y deleitan entre ellos. De generación en generación. De deporte en deporte. Porque para Loffreda Messi es admirable "por él y por su gente, por lo conseguido a través de tenacidad y capacidad. Es el fútbol argentino y lo enaltece". Flores de un lado al otro. Sapiencia ilustrada en cancha y compartida fuera de ella. Un crack de la ovalada: Marcelo Loffreda, al que no le cuesta desembrollar, también, el mundo de la redonda.

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