Ya unas cuantas lindas imágenes tiene Marcos Rojo para agrupar en su historia albiceleste. Están por un lado las indelebles rabonas, en debut mundialista ante Bosnia y contra Jamaica en esta Copa América, y por el otro sus goles no del todo ortodoxos pero siempre importantes, como aquél con la rodilla que sirvió para ganarle 3-2 a Nigeria en la fase de grupos de Brasil 2014 o éste desde el piso que abrió el partido frente a Paraguay.
Y fiel a su costumbre, el defensor del Manchester United también le agregó un detalle pintoresco a su aporte positivo: la conquista llegó apenas después de haberse cambiado los botines, en la primera pelota que tocó.