Casi un déjà vu, en Chile como en Brasil, en la Copa América como en el Mundial, otra vez con el corazón en las manos, en las manos de ese Chiquito que ya es todo un gigante. Porque, al igual que sucedió en la definición con Holanda en Brasil 2014, Romero se convirtió en héroe.
El arquero récord de la Selección contuvo el penal de Zúñiga, estuvo a punto de sacar el de Cardona y vio cómo se fueron desviados los de Muriel y Murillo. Y como sucedió con Tevez, él también se llevó buena parte de los abrazos.
Después de 90 minutos en los que casi no debió usar los guantes, el destino quiso que Romero fuera otra vez fundamental en una definición desde los 12 pasos. Y con éste, es el tercer al hilo que no recibe goles. Que siga así...