Se encuentra cumpliendo la cuarentena con la familia en Tandil, su ciudad de origen. Allí, fecha tras fecha, demostraba su vigencia siendo titular en Santamarina a los 38 años, luego de una larga carrera en Europa. Sin embargo, la pandemia que hoy acecha al mundo lo obliga a entrenarse en el patio de su casa donde corre, hace trabajos de fuerza y, de vez en cuando, patea “unos tiritos con la pelota”. Mariano González, campeón olímpico con la Selección Argentina en Atenas 2004 y subcampeón de la Copa América de ese año, habló en exclusiva con el sitio de AFA y contó: “A esta edad lo único que me mantiene realmente bien es el ritmo de competencia, pero estoy dando lo mejor para poder seguir vigente. Quiero jugar hasta los 40, espero que este virus no me retire”.
-¿Se está haciendo difícil de sobrellevar el parate obligatorio del fútbol?
-Es complicado porque a esta altura de mi carrera buscaba estar en el día a día del club, participar en el vestuario, entrenar en grupo y ayudar a los más chicos. Pero la situación se ha dado de esta forma y hay que respetar la cuarentena.
-¿Y en Tandil se está respetando?
-Sí, esta última semana abrieron los negocios para pagar las cuentas y la gente se apuró un poco por miedo a tener alguna deuda o perder ciertos servicios. Pero realmente se están respetando las normas, y las personas de acá tomaron mucha conciencia con respecto a la situación que vivimos. Hay que entretenerse en casa, no queda otra.
-¿Y vos, cómo resolvés la parte del entretenimiento?
-Juego con los chicos, leo bastante sobre entrenamiento. Me puse a acomodar un montón de cosas y encontré unos videos que tenían partidos míos. Mi mamá me los grababa en VHS y yo pasé varios a DVD. Pude ver algunos de mi etapa en Racing y también encontré uno del Preolímpico en Chile.
-¿Cuál viste?
-El último, justamente ante Chile. Empatamos 2-2, fuimos campeones y a mi ¡me echaron! Increíble. Con las pocas expulsiones que tuve en mi carrera miré justo ese, ja.
-Y después de esa coronación vino una todavía más importante: la de Atenas
-La experiencia fue única porque a nuestro país se le venía negando la medalla de oro en un Juego Olímpico hacía ya 52 años. Con el correr del tiempo, uno se va dando cuenta de la importancia que eso tuvo, de lo que cuesta lograr una cosa así. Terminamos el campeonato invictos, sin recibir goles. Jugamos realmente muy bien, tal es así que el mismo año estuvimos a punto de quedarnos con la Copa América pero perdimos la final por penales.
-¿Por qué creés que se dieron las cosas de esa manera?
-Fuimos un grupo que trabajó durante mucho tiempo antes de la competencia, raro de poder conseguir a nivel selección. Llegamos a Atenas con siete u ocho meses de convocatoria en un grupo que siempre se mantuvo, el técnico le dio prioridad a eso.
-¿Cómo fue haber vivido esa etapa de Bielsa?
-Bielsa tenía más confianza en mí que yo mismo. Siento que tuve una cuenta pendiente con él, que no pude demostrarle lo que esperaba. Pienso que fue una cuestión de tiempo, que a lo largo de mi carrera pude explotar lo que alguna vez había aprendido con él. Nos demostró realmente lo que es: un apasionado por lo que hacía, un tipo humilde. Yo lo vi pedirle disculpas a un sparring de 17 años por haberle hablado de mala forma a la hora de hacer un ejercicio. Tenía unos valores tremendos y una locura hermosa.
-¿Fuiste parte de esas locuras también?
-Sí, claro. Tenía cosas que para nosotros eran muy difíciles de entender. La primera vez que me citó, nos juntó a todos los delanteros y nos preguntó quiénes éramos los que debíamos bajar a defender. Le dije que yo tenía que quedarme arriba para estar más cerca del arco y me respondió: “Usted tiene tres goles en Primera, así que tiene que correr”.
-Pudiste jugar en la Selección con muchos futbolistas que hicieron una gran carrera. Si tuvieras que elegir uno, ¿con quién te quedas?
-Tengo que decir dos: Tevez y Mascherano. Pero la verdad que compartí equipo con muchos referentes importantes como el “Kily” González, “Ratón Ayala, “Pupi” Zanetti. Uno naturaliza un montón de cosas que, con el paso del tiempo, termina analizando de manera diferente. Hoy veo cómo muchos chicos dejan todo por ganarse un lugar en el Ascenso, cómo se esfuerzan. Yo tuve la suerte de haber podido jugar en equipos grandes de nuestro país, de hacer carrera en Europa y de vivir cosas lindas con la Selección. Descubrí que la experiencia te hace valorar más las cosas que uno consiguió.