Lo tenía todo planeado: apenas puso un pie el césped del Estadio Azteca como futbolista del Atlante, Jonathan Morán buscó con la mirada el arco que se convirtió en leyenda y encaró con decisión, calculando en cada pisada si encontraba alguna huella del Diez: "Entramos a realizar el reconocimiento del campo de juego y repetí el recorrido que hizo Diego (Maradona) en el gol contra Inglaterra, fue un momento increíble".
Desde Río Negro, el actual delantero del Deportivo Roca recuerda con una sonrisa el sueño que cumplió al fichar por el club mexicano: "Fue una experiencia hermosa, conocí esa cancha y jugué bien en un fútbol importante; en el debut convertí ante Toluca y la fecha siguiente hice un hattrick; en total anoté siete goles en cinco partidos".
Los roces con "un entrenador que no quería a los argentinos" y un problema con la habilitación lo obligaron a retornar al país; sin ofertas, estuvo unos meses fuera del fútbol hasta que accedió a despuntar el vicio en el Federal C, donde se consagró campeón con la Asociación Deportiva 25 de Mayo y consiguió la llave que le abrió las puertas del Naranja de General Roca.
Sí, el Chengue Morán pasó de jugar en el verde césped del legendario Estadio Azteca a correr detrás de la pelota en canchas mucho más humildes, pero nada le borra la sonrisa ni la ilusión: "Pasar de jugar en una liga local a enfrentar a futbolistas como Chupete Suazo, Rolfi Montenegro o Pipino Cuevas, y encima pisar la cancha en la que Maradona hizo ese golazo fue hermoso, pero hoy estoy en Deportivo Roca y todavía no puedo creer todo el cariño que me da la gente".
A fuerza de goles y sacrificio, Jonathan es uno de los jugadores favoritos de la gente del Naranja y sueña con devolver algo del afecto que recibe a diario: "Ojalá pueda llevar al equipo y a la ciudad lo más alto posible. Me gustaría poder jugar al menos en una B Nacional. ¿En qué equipo? No sé, tal vez en Chacarita, porque a mi viejo le encanta la camiseta".
Sueña despierto el Chengue Morán, que ya cumplió un sueño en México y a los 26 años quiere sumarle otro hito a su carrera, en un fútbol más humilde pero igual de apasionante; para conseguirlo, cada fin de semana busca con la mirada el arco rival y encara con decisión, como cuando siguió la huella del Diez en el Azteca...
GOL EN EL CLÁSICO ANTE CIPOLLETTI