Dos tatuajes, una historia. Lo que surgió como un chiste entre amigos, terminó inmortalizando a dos de los más grandes jugadores del fútbol en la piel de Germán Pardo. Desde Salta, había logrado juntar el dinero para llevar a su hermano y a sus dos sobrinos a ver el partido de Argentina ante Bolivia en Córdoba: "Quería que presenciaran la calidad de Messi. Verlo en vivo es algo que nunca se van a olvidar".

Ya de regreso en Villa San Antonio, uno de los amigos de Germán lo instó a tatuarse al 10 en la pierna izquierda para soñar con mostrárselo al crack en el siguiente compromiso por Eliminatorias. Lo que primero generó risas, terminó en una sesión de cuatro horas a cargo de Esteban Quiroga, dibujante y tatuador.

La obra de arte generó aceptación entre el grupo de amigos, que sugirió un segundo dibujo... "Crecí viendo a Maradona. Tuve la gran dicha de verlo jugar en Salta cuando la Selección disputó un amistoso antes del Mundial '94. Encima jugó en la cancha de Gimnasia y Tiro, equipo del que soy simpatizante", narra Germán. Así fue como, en la pierna derecha, el tatuaje de Diego Maradona se sumó al de Messi para unir a dos generaciones de jugadores de la Selección en la piel de un fanático que ahora sueña con poder volver a Córdoba para alentar a la Albiceleste ante Paraguay. Germán Pardo, el hincha que convive con Messi y Maradona... literalmente.