Todos ellos nacieron con un sueño: hacer rodar la pelota con la camiseta Celeste y Blanca. Pasaron los años, las metas, las dificultades en cada equipo por hoy, son los elegidos por Gerardo Martino, auqllos que llegaron a la final de la Copa América, y muchos de ellos, también estuvieron presentes en la definición de la Copa Mundial del año pasado.
Aquí te trasladamos en el tiempo y te llevamos a la niñez de algunos de los jugadores Albicelestes...
Sergio Agüero
Comencemos con una de las cosas más significativas de su vida, ¿por qué Kun?, ¿alguna vez te lo preguntaste?. Un vecino de Florencio Varela, donde él pasó parte de su infancia, tras verlo inquieto y travieso, comenzó a llamarlo así por por un dibujo animado, al cual tiempo después Sergio también se sentiría atraido: Kum Kum. Pasaron los años y aquel vecino tituló eternamente a uno de los mejores jugadores argentinos.
Nos trasladamos ya a lo que lo enalteció: el fútbol: desde los tres años se apegó a la pelota y disfrutaba de este maravilloso deporte en cualquiera de los tres potreros que rodeaba su humilde casa en Zona Sur. Su habilidad se hacía notar, y después de pasar por diferentes clubes barriales, Sergio Agüero llega a las infantiles de independiente, para, peldaño por peldaño, llegar a lo más alto del fútbol argentino.
Lionel Messi
La Pulga, tal como lo apodaban sus hermanos y primos, con quien ya desde chico empezó a jugar a la pelota en los potreros de su barrio. Con sólo cinco años se alistó al club Grandoli, equipo comandado por su padre.
Ya con siete años, arrancó a vestir la camiseta de Newell's en las inferiores. Pero un año después, su mundo se le vino abajo al detectarle deficiencia en la hormona de crecimiento, cuestión que le impediría desarrollarse con normalidad. Lo que él no se imaginaba es que su magia ya había sido vista y que el club del viejo continente, Barcelona, iba a tomar las riendas de su camino, no sólo con su enfermedad, sino también llevarlo a su nivel más alto futbolístico.
Gonzalo Higuaín
Fue un niño que vivió el fútbol desde la cuna. Nacido en Francia debido a que su papá estaba jugando en dicho país, Pipita, heredero del apodo del padre, Pipa, comenzó a compartir la pasión por la pelota junto a su hermano Federico, aunque con el pasar de los años sus futuros iban a ser totalmente diferentes. Gonzalo arrancó en las infantiles de River, donde ahí no sólo se formó, sino llegó a la elite del fútbol argentino, lo que le permitió mostrarse para que grandes del Viejo Continente se interesaran en su derecha goleadora.
Ángel Di María
Un niño con suerte, así podría denominarse su inicio con la pelota. Con tan sólo cuatro año, Ángel comenzó su acercamiento con la redonda, pero su crecimiento se iba a dar dos años después, cuando jugando para su club se enfrentó a Rosario Central y anotó los dos tantos para la victoria. A pesar de su corta edad, el Canalla posó los ojos en el pequeño. Por tal motivo, al año siguiente arrancó a jugar con los colores del club rosarino, primero en baby fútbol, y con el paso de los años fue superando cada categoría hasta llegar a la máxima categoría del fútbol argentino.
Cárlos Tevez
Un chico con muchos problemas familiares, logró salir adelante gracias a la bendición del fútbol. Más allá que se crió en un potrero, la primera camiseta que vistió Carlitos fue la de All Boys, ya que hizo las inferiores en el club de Floresta, hasta llegó a conquistar la Copa de Campeones de FIFA en 1997 en baby fútbol. Al año siguiente pasó a Boca, club donde siguió con las juveniles hasta debutar en Primera en 2001.