Todos los días, tras las sesiones laborales, o mismo luego de un ensayo formal de fútbol, los jugadores escuchan atentos a Claudio Úbeda, Fernando Batista, Gustavo Piñero y Gerardo Salorio, director técnico, ayudante de campo, entrenador de arqueros y preparador físico de la Sub 20 argentina. Pero claro, ellos no sólo enseñan con la palabra, sino que tienen la vital ayuda del video análisis, fabricado día a día por Bruno Gabrieli, encargado de mostrar los defectos y las virtudes del equipo. "Me gusta utilizar el nombre análisis de desempeño, porque el video en realidad es una herramienta, pero el trabajo abarca mucho más", comenta el experto en la materia. Y ahonda: "Se graban los entrenamientos para mejorar el trabajo de los jugadores y del cuerpo técnico. Se intenta corregir los defectos y maximizar las virtudes".
Pero las palabras no alcanzan para describir el extenuante proceso que lleva a la construcción final del video que será mostrado a los futbolistas. Desde la práctica hasta el post-partido. En el medio hay un largo camino. Y Gabrieli lo abre para el sitio web de la AFA, que acompaña a la Selección en su sueño sudamericano...
¿Cuál es el primer paso para desarrollar un análisis de desempeño?
Primero se graban los entrenamientos, que ya pueden decir muchas cosas. Luego, empieza lo más importante: cómo reaccionan los jugadores dentro de un partido, con la tensión que eso conlleva. Una vez concluido el mismo, se analiza el juego teniendo en cuenta el modelo del equipo, la base de comparación, que es la que brinda el técnico.
¿Sobre esa base, sobre ese estilo, se trabaja?
Un buen equipo tiene su ADN, y no puede jugar dependiendo del rival. Si hace eso, no sería un buen equipo. Por lo tanto, todo lo bueno y todo lo malo debe ser analizado dependiendo de la identidad de mi equipo. Ahí se ve qué se puede aprovechar del rival, cómo lastimarlo siguiendo esa metodología de juego.
Entonces, ¿el siguiente paso tiene al rival en la mira?
Hay algo más. Anterior al rival. Lo primero que se hace luego de un partido es analizar las incidencias junto al cuerpo técnico, después, sí, viene el estudio del rival. Yo suelo mirar tres o cuatro duelos de cada contrincante. Me gusta observar hasta que yo sienta que tengo bien en claro cómo juega el que voy a tener enfrente. Luego, se dividen las distintas facetas del juego del rival: fase ofensiva, fase defensiva y sus características. Además, se tiene en cuenta la pelota parada, como otro punto por separado, claro.
A la hora de mostrarle los videos a los futbolistas, ¿qué hay que tener en cuenta para que no se dispersen?
El método para mostrarle los videos a los jugadores depende del técnico, porque tiene que ser el líder del grupo el que lo haga. Hay que manejar el tema de hasta dónde mostrar. Lo mejor es que el video sea sintético y claro. Desde mi punto de vista, una charla con video no puede durar más de 20 minutos. Si hay muchas cosas para mostrar, es mejor separar por grupos a los futbolistas. Es decir, lo que es de defensores dárselos a ellos, y así dividir cada sector de la cancha.
Una vez que llega el día de partido, ¿cómo se organiza el cuerpo técnico para transmitir lo trabajado?
Preparamos la pelota parada, damos la charla técnica y yo llevo un power point para refrescar cada tipo de jugada. Hablo tanto en contra como a favor. Y eso es muy importante, porque los protagonistas deben tener grabada en su retina cada jugada y cómo reaccionar.
¿Y en el transcurso del encuentro cuál es tu función?
Una vez que pita el árbitro y empieza a rodar la pelota siempre grabo los 90 minutos. Mantengo los 10 jugadores nuestros en pantalla, en todo momento. Para un hincha mirar ese video es aburrido, pero lo más importante para nosotros es ver cómo estamos parados nosotros. Lo mismo cuando se analiza a un rival.
Se viene Colombia, y Bruno Gabrieli ya hizo su trabajo. "No me pidas que te dé muchos detalles, je. Pero sí te puedo confirmar que necesitamos que se entienda en qué nos puede dañar el rival y qué debemos aprovechar", avisa. Los pibes, en tanto, se desviven por responder en la cancha. Que de eso no queden dudas.