No te olvides. No se olviden. No olvidamos.

Porque recordamos. Porque tenemos memoria y nada nos nubla. Porque separamos la paja del trigo. Por eso sentimos el deber del recuerdo. De la evocación. 

Pasaron 39 años de aquella gesta. Un domingo helado de junio de 1978, cuando el Fútbol Argentino por fin se colgaba la medalla del mejor. En la cancha, una Selección inmaculada producto de una inédita transformación y evolución a nivel Selección, coronaba el casillero uno de campeón. Sí, Argentina campeón del mundo. 

El glorioso fóbal criollo daba el paso a la inmortalidad. Por y para siempre, los primeros campeones del mundo grabaron su nombre a sangre y fuego en los registros FIFA. Nada ni nadie pudo empañar la conquista. Lo sucedido en la cancha queda ahí. Intocable. Del resto, la historia se encargó de ubicar a los actores en su lugar. 

"Nadie tiene la capacidad de recordar" sentenció, con dolor, un protagonista de aquella aventura. Hoy, la AFA, desde su sitio oficial, y a 39 años de la proeza, mira hacia atrás para no olvidar de donde venimos. Y revive desde la voz y el sentimiento de sus intérpretes, ese título que germinó desde las entrañas de una historia de más de un siglo de pasión Celeste y Blanca. 

A los jugadores y cuerpo técnico de ese grupo sagrado les damos las gracias por la misericordia de tolerar tanta ignominia. ¡Salud Campeones! Esta es nuestra pequeña ofrenda.