Carrilero incansable y pieza fundamental en el equipo de Bilardo. Parte de aquel "grupo muy unido". Gestor de una jugada inolvidable, propia de un partido épico. Campeón del mundo en México 1986, Julio Olarticoechea comparte sus memorias 30 años después...

Hoy habla desde su sapiencia técnica, ya que dirige interinamente al Sub 20 argentino y comanda a la Selección Femenina, pero cede ante la emoción, porque las imágenes de aquella gesta gloriosa contagian. "Tengo unos recuerdos increíbles", avisa el Vasco. Y se llena de orgullo cuando rememora el duelo más grande de todos los tiempos: Argentina 2 - Inglaterra 1: "Sabíamos que todo el pueblo, toda Argentina, estaba esperando ese partido; era una final anticipada". Y es palabra autorizada, claro, porque fue clave para proteger el terreno criollo contra la ofensiva británica: "La parte mía (ya que antes, de manera automática, recuerda los dos goles de Maradona), sacar una pelota con la nuca, la nuca de Dios, como la bauticé yo: una jugada increíble sobre la línea, con (Gary) Lineker tirándose en palomita arriba mío". Cómo olvidarla, si también quedó en la historia.

La historia, en tanto, encumbra matices graciosos, además de gloriosos. Por ejemplo, la convocatoria especial que le hizo Carlos Bilardo, líder intelectual del Seleccionado del '86, a Olarticoechea. O la elocuencia periodística del Vasco para grabar a fuego la intimidad de la concentración: "Empezamos a hacerles reportajes a los muchachos (...) Fue muy casero, muy privado y ahora se está viendo en todos lados". Además, el hombre de Saladillo explica por qué ese equipo fue tan especial. Eso y mucho más, en cinco minutos que resumen 30 años. 30 años del 2-1 a los ingleses. 29 años, casi 30, del banderazo albiceleste en la cima del mundo.