04/08/2016

Sean eternos los laureles

Plata en Ámsterdam 1928

 

 
 
Los Juegos de 1928 están grabados a fuego en la historia de nuestro fútbol olímpico: no sólo se trata de la primera vez que la delegación argentina presentó equipo para dicha disciplina sino que, además, la obtención de la medalla de plata resultó un éxito irrepetible hasta Atlanta 1996. En Ámsterdam, el camino hasta la final fue arrollador, con sucesivas goleadas sobre Estados Unidos (11-2), Bélgica (6-3) y Egipto (6-0), mientras que la definición por el lugar más alto del podio necesitó de dos partidos frente a Uruguay, el campeón defensor. En el primero, el 1-1 se sostuvo hasta después de los 30 minutos de prórroga y, en el segundo, los charrúas se impusieron por 2-1. 
 

 

Plata en Atlanta 1996

 

 
 
Competición de categoría Sub 23 a partir de Barcelona 1992, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 empezó a permitirse la inclusión de tres jugadores mayores por plantel para el fútbol. Daniel Passarella reforzó con Roberto Sensini, José Chamot y Diego Simeone a una Selección fresca en ofensiva, con los toques cortos de Huguito Morales, las gambetas de Ortega, la velocidad del Piojo López y el olfato de Crespo. Después de hacer una primera fase correcta (un triunfo y dos empates), en cuartos de final tocó España, campeón defensor y con figuras como Raúl, Morientes y De la Peña. Fue una lección de fútbol albiceleste: 4-0. Ya en semi, el equipo superó con autoridad a Portugal (2-0, doblete de Crespo) y la final ante Nigeria se escapó sobre la hora (2-3), cosechando así la segunda medalla de plata para el fútbol olímpico.
 

 

Oro en Atenas 2004

 

 
 
Los Juegos tuvieron que volver a su lugar de origen para que el fútbol pudiera sacarse de una vez por todas la espina olímpica. Medalla de plata en Ámsterdam 1928 y en Atlanta 1996, el baño de oro llegó finalmente en Atenas 2004, con un equipo que de la mano de Marcelo Bielsa desplegó un funcionamiento tan agradable como arrollador: fueron seis triunfos en igual cantidad de partidos, con un promedio de tres gritos por cada uno. Pero no sólo del ataque vivió aquella Selección Sub 23 que, reforzada por los mayores Roberto Ayala, Gabriel Heinze y Cristian González, también terminó el torneo sin recibir goles en el arco defendido por Germán Lux y con el trofeo Fair Play. Después de tanta espera, tenía que ser así de brillante el camino hasta la cima del Olimpo.  
 

 

Oro en Beijing 2008

 

 
 
Dos camadas espléndidas se reunieron en una de las ciudades más pobladas del mundo para defender el oro olímpico. Sergio Batista armó un plantel compuesto por muchos de los campeones Sub 20 en 2005 (Ustari, Navarro, Garay, Zabaleta, Gago, Messi, Agüero) y en 2007 (Romero, Fazio, Banega, Di María, Acosta y otra vez el Kun), y lo fortificó con la jerarquía de Riquelme (también campeón juvenil, pero en Malasia 1997) y el liderazgo de Mascherano (medalla dorada cuatro años antes). La vara alta lejos estuvo de inhibir a un equipo que, rebosante de talento y convicción, encontró su cúspide justo en el 3-0 de la semi contra la Brasil de un tal Ronaldinho. Ya en la final ante Nigeria, una exquisitez de Di María rubricó la doble corona de laureles y el récord aún vigente de 12 triunfos consecutivos entre Atenas 2004 y Beijing 2008.     
 

 

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