27/10/2017

'Toto' Lorenzo, un estratega del fútbol

Aquellos que dejan marca. Aquellos que trascienden su propia obra. Aquellos que le adosan importantes logros a las vitrinas del glorioso fútbol argentino. De eso se tratan estos recorridos históricos. Estos pasajes por los caminos que forjaron la historia grande del fútbol criollo. Bien 'Argento'. En ese marco, a partir de este criterio que desde hace unos meses este sitio decidió encarar como parte de una estrategia comunicacional que, entre otras cosas, apuntará a importantes novedades en lo inmediato, insertamos el recuerdo de un potente referente futbolero. El gran 'Toto' Lorenzo, quien en su etapa como jugador, vistió las camisetas de Chacarita Juniors, Boca Juniors, Quilmes, Sampdoria (Italia), FC Nancy (Francia), Atlético de Madrid (España) y Rayo Vallecano (España). Sin embargo, pese a los destacados equipos del fútbol local e internacional que integró, su carrera como director técnico superó ampliamente a su paso como futbolista. Con el buzo de entrenador conquistó ocho títulos que lo posicionaron como uno de los más destacados del momento. Un estudioso del fútbol. Un adelantado a su época.

 

En 1955, cuando se desempeñaba en el Atlético Madrid, inició el curso de técnico junto al árgentino Alfredo Di Stéfano y al húngaro Ladislao Kubala. En Europa, además, realizó cursos para entrenadores, donde se especializó en la materia. Luego de su debut como conductor en Mallorca, retornó a la Argentina para dirigir San Lorenzo. Allí revolucionó al club y al fútbol local con el empleo de las tácticas que él había incorporado en el Viejo Continente. Fue precursor de la concentración de los equipos antes de los encuentros y de la rigidez disciplinaria. Tras salir subcampeón con San Lorenzo de Almagro, dirigió a la Selección Argentina en el Mundial de Chile 1962, sin obtener grandes resultados.

 

Luego retornó a Europa, donde condujo a la Lazio y a la Roma. Nuevamente recibió el llamado para dirigir a la Argentina en el Mundial de Inglaterra, donde la Selección  fue eliminada en cuartos de final por el local. Más tarde tuvo un paso efímero por River, retornó a la Lazio y a San Lorenzo, donde obtuvo el Metropolitano y el Nacional de 1972. Al año siguiente, con el Atlético Madrid, ganó la Copa Intercontinental (se clasificó como subcampeón de la, entonces, Copa de Campeones de Europa).

 

 

 

 

En 1975 dirigió a Unión de Santa Fe y finalmente recaló en Boca Juniors, donde se convirtió en uno de los técnicos más destacados de la historia del club (este año Boca lo homenajeó con una estatua de su figura). Allí obtuvo el Metropolitano  y el Nacional de 1976, las Copas Libertadores de 1977 y 1978, y la Copa Intercontinental 1977.

 

La revista El Gráfico, en su sección 100x100, entrevistó a Heber Mastrángelo, delantero de Boca de aquella época, y al ser consultado por las características que tenía el 'Toto', respondió: "Estuvo 20 años adelantado al resto. Te decía qué te iba a pasar en el partido, porque contaba con toda la información. Y después pasaba eso. A mí me sacó de nueve y me puso de wing. Jugábamos sin nueve, como el Barcelona, y me enseñó los secretos para fabricar diagonales. Te anticipaba cómo iban a venir los goles. La del Atlético Mineiro fue mundial. Nadie le había podido ganar en Brasil. Lo agarró al Colorado Suárez. 'Sos el mejor tres que hay en Boca', le dijo. 'Graaaaacias, Maestro', le respondió el cordobés. 'Sos el mejor tres... pero mañana no vas a jugar, lo voy a poner a Bordón, porque va a hacer un gol de tiro libre y con ese gol vamos a ganar', le cantó. ¿Cómo terminó? Ganamos 2-1 con ¡dos goles de Bordón! ¡Los dos de tiro libre!".

 

Más tarde dirigió a Racing, donde no finalizó su contrato; Atlante de México, Vélez Sarsfield, Atlanta, Independiente Santa Fe de Colombia, Lazio y, finalmente, en 1987, retornó a Boca, su último club.

 

 

 

 

 

 

 

El libro 'El Toto', biografía de Juan Carlos Lorenzo, escrito por el periodista Alfredo Luis Di Salvo, recopila distintas anécdotas del entrenador que lo pintan de cuerpo entero. A continuación, el repaso de una de las más destacadas:

 

Los goles son amores

 

Habían obtenido la Copa Libertadores frente al Cruzeiro de Belo Horizonte. Y Juan Carlos se puso a leer la lista de jugadores que debían quedar concentrados. En ella figuraba Ernesto Mastrángelo:   - ¡Ah, no Juan Carlos! A mí déjeme tranquilo, quiero descansar un poco. ¡Basta de fútbol!

Lorenzo, tras la discusión y la queja del jugador, se mantuvo inflexible:

- Vos vas a concentrar. El miércoles jugamos contra Colón, en la cancha de Independiente y te necesito. ¿Estás loco?...

El Toto también quedó concentrado, observando al fastidiado puntero. Se fueron a jugar el partido y Mastrángelo, antes de entrar a la cancha, le dijo:

- No me pida piques demoledores. Voy a correr los balones que estén cerca.

- ¡Corré, porque te voy a matar!...

La pelota le pàsaba a 30 centímetros y no la corría... El Toto empezó a juntar presión y comenzó a gritar:

- ¡Corré, atorrante!.... ¿¡Quién te crees que sos!? ¿Pelé?... ¿Corré!

Así fue transcurriendo el encuentro con un 1 a 1 intrascendente y Mastrángelo parado en la cancha. Hasta que, sobre el final, pesó un afortunado rebote en el área rival y metió el gol del triunfo. Estaban tan caliente que ni lo festejó. Finalizó el partido y se fue para los vestuarios con la cabeza gacha. Juan Carlos cambió las puteadas por felicitaciones:

- Bueno al final cumpliste. ¿Ves que cuando querés, podés?

¡Venga un abrazo, mi viejo!

La bronca que tenía el Heber es difícil de describir. Pero no abrió la boca. El respeto hacia el maestro era absoluto.

Cuando pasaron unas horas se le fue la calentura. En la siguiente charla técnica, cuenta el jugador que lo pescó al Toto sosteniéndose la cabeza con ambas manos y mirándolo fijamente. Cuando le preguntó por qué lo miraba así, el técnico respondió:

- Porque si yo llegara a tener otro wing derecho como vos... ¡qué patada le daría!

 

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