Después del fin de semana libre, los chicos llegaron al predio y se encontraron con una sorprensa. El vestuario estaba listo para la ocasión. En casa posición donde los jugadores se visten, tenían un regalito colgado. Una prenda única para cualquier pibe que disfruta con jugar a la pelota desde la panza de la mamá. Sí, la camiseta de la Selección enfundaba cada locker de los citados a defenderla...

Con el manto sagrado puesto, los Juveniles salieron a la cancha para posar. Cómo bueno modelos, la puesta a punto tuvo su tiempo de preparación. Del número 1 al 22, sin pausa. Junto a todo el cuerpo técnico, encabezado por Walter Coyette, quién también vivirá su primer experiencia cómo entrenador del Seleccionado, el piberío disfrutó de la experiencia. ¿Risas? Muchas.

"Es una sensación increíble verme vestido con estos colores y poder representar a mí país", cuenta Fausto Vera, el hombre que llevará la cinta de capitán en el equipo. Posan juntos. Todos ellos. Saben que tienen que estar así, bien unidos, para afrontar un momento único en sus carreras. ¡Qué flash, chicos!

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