Nacido en Casilda y formado en el césped de Central Córdoba de Rosario, Franco Armani (29 años) no imaginó que luego de pelearla desde chico en el fútbol argentino se convertiría en rey de América. Sí, porque empezó en su provincia natal, Santa Fe, pero luego trasladó sus guantes, aún adolescente, a Estudiantes de La Plata. Y se mudó a Caballito con unos 20 años para vestir la verde de Ferro y hacer su debut en el césped de elite. De allí, por buenas actuaciones, a buscar el buzo con el 1 en Deportivo Merlo, desde 2008 hasta 2010, cuando Atlético Nacional fijó sus esperanzas en este extraordinario arquero, que se forjó de a poco...
Ahora, en 2016, Armani puede regocijarse con sus 10 títulos en el equipo de Medellín. Actuaciones históricas que lo transforman en ídolo del club. Si hasta fue, por clamor popular y profesional, considerado el mejor arquero de la Copa Libertadores 2016, quizá, su trofeo más preciado. Porque lo ganó de punta a punta, recibiendo sólo 6 goles en 14 encuentros. Junto a sus compañeros, comandados por Reinaldo Rueda, ganó diez partidos, empató tres y perdió uno (cifra récord). Y fueron 25 tantos los festejados. ¡Chapeau!
Y si de goles se habla, la Libertadores de este año tiene a otro gran protagonista: Jonathan Calleri. El delantero surgido de la cantera de All Boys, que llegó a su esplendor juvenil en Boca, rompió la red nueve veces a lo largo de la Copa, dejando como escoltas a otros dos compatriotas: Ismael Sosa (Pumas UNAM, 8) y Marco Ruben (Rosario Central, 8). Claro, Calleri la rompió en el San Pablo semifinalista (cayó, justamente, ante Atlético Nacional) de Edgardo Bauza, donde el 9 olímpico, actualmente en la Sub 23 de Argentina, comienza a mostrar toda su magia...
Entonces, más allá de que esta vez, y luego de dos temporadas, no hubo un conjunto criollo campeón (San Lorenzo 2014 y River 2015), los argentinos tuvieron papeles principales. Los números sustentan nuestro fútbol.