La elección del nuevo presidente de la FIFA ya pasó, pero los ojos del mundo del fútbol siguen mirando fijamente hacia Zurich. Es que este fin de semana quedó inaugurado el Museo del Fútbol de la FIFA, en el edificio Haus zur Enge, obra del prestigioso arquitecto Werner Stücheli situado en el corazón de Zurich. Con un total de 3000 m² de exposición, repartidos en tres plantas que incluyen múltiples instalaciones multimedia, la Argentina se destaca. Es que hay varios objetos que identifican a nuestro país. Y afa.com.ar te los presenta en esta nota.
-La final de 1978 quedó representada por dos prendas codiciadas: las camisetas de Américo Rubén Gallego y Ruud Krol. Y una perla: la camiseta que Kimberley de Mar del Plata le prestó a Francia para que jugara su partido contra Hungría.
-El pasaporte de Luis Monti, el único jugador que disputó dos finales con seleccionados diferentes: fue subcampeón con Argentina en 1930 y luego integró la selección italiana que en 1934 ganó la final ante Checoslovaquia.
-La pelota del partido Inglaterra (1) – Argentina (0), disputado en el estadio Wembley el 23 de julio de 1966. La misma estaba en poder de Rudolf Kreitlein, el árbitro alemán que expulsó al argentino Antonio Rattín.
-Entre tantos objetos vinculados a selecciones mundialistas aparece una pieza muy especial, la única casaca de un club: la camiseta que el Club Atlético San Lorenzo de Almagro le dedicó al Papa Francisco, confeso fanático del Ciclón. La misma fue utilizada por n el partido ante Colón de Santa Fe, el 16 de marzo de 2013, tres días después de que se iniciara el pontificado del Papa argentino.
-El árbitro argentino Horacio Elizondo también tiene un espacio en el Museo FIFA: en la colección se encuentra el intercomunicador a través del cual le informaron en la final del Mundial de Alemania 2006 que debía expulsar al francés Zinedine Zidane, por el cabezazo que le pegó al italiano Marco Materazzi.
"Sin Historia no hay futuro. Y ya era hora de que la historia del fútbol mundial tuviera un lugar en el que mostrar cómo el fútbol conecta e inspira al mundo. Aquí se demuestra que el fútbol se juega en cualquier tipo de circunstancias, condiciones y escenarios", explica Stefan Jost, uno de los responsables del Museo.
Además de las mencionadas piezas, vinculadas a la historia del fútbol argentino, también se pueden apreciar la pipa que utilizaba el técnico campeón del mundo en España 1982 (el italiano Enzo Bearzot), como también la camiseta del astro polaco Zbignew Boniek, del partido de grupo ante Italia y la casaca de Caetano Scirea, todo del mismo Mundial.
Y las joyas se suceden: el botín de oro, el balón de oro y la camiseta de Salvatore “Totó” Schilacci de 1990; el buzo de salida de Pelé de 1958; la camiseta del goleador de esa Copa, Just Fontaine (aún record mundial), dos plateas del mítico Wembley; el documento del año 1913 donde la FIFA e IFAB (International Board) firman la unión y asume el rol de ente mundial del fútbol; la vieja base de la desaparecida Copa Jules Rimet, que cuenta en su cubo de lapislázuli las plaquetas de los campeonatos de 1930 (Uruguay); 1934 (Italia); 1938 (Italia); 1950 (Uruguay). En 1954 la base de la copa fue cambiada, por eso la original se salvó del robo del Rimet en 1983.