Armador exquisito, cerebral, con una pegada precisa y muy inteligente para jugar. Esas eran las principales características de Zanabria, un volante que supo brillar durante la década del setenta en el fútbol argentino.
Comenzó en Unión de Santa Fe, club con el que ascendió. Después, en 1970, pasó a Newell’s, donde salió campeón del Metropolitano de 1974 y le convirtió un golazo en el último partido a Rosario Central. Tras 253 partidos y 56 tantos en el club rosarino, emigró a Boca, donde se convirtió en uno de los pilares fundamentales del exitoso equipo del Toto Lorenzo. Era el que generalmente hacia lucir a sus compañeros por su gran calidad. En el equipo de la Ribera ganó el torneo Nacional de 1976, la Copa Libertadores de 1977 y 1978 y la Intercontinental de 1978.
Al compartir época con grandes jugadores en su puesto, como por ejemplo Ricardo Bochini, Norberto Alonso y Carlos Babington, solo disputó con la Selección Argentina la Copa América de 1975. Allí, disputó cuatro encuentros y convirtió dos tantos.