El despertar de la categoría dorada: un 3 a 1 sobre la URSS en 1979 le dio a la Selección Sub 20 de Argentina su primera Copa del Mundo

Bajo la tutela de César Luis Menotti, cómplice del liderazgo proveniente de la encumbrada figura de Diego Armando Maradona y disfrutando de la capacidad goleadora de Ramón Díaz, la Albiceleste concluyó un torneo majestuoso en el que demostró una aplastante superioridad.
Publicado: 24/06/2020

Si hablamos de partidos legendarios para nuestras Selecciones Juveniles, sin dudas éste es uno de ellos. Un 7 de septiembre de 1979 inició la historia de amor entre Argentina y la Copa del Mundo Sub 20, ya que Diego Maradona, Ramón Díaz, Gabriel Calderón, Juan Simón, Osvaldo Escudero,  Juan Barbas y otras recordadas figuras de nuestro fútbol construyeron la piedra angular de un certamen que con el tiempo se mantendría fiel al talento albiceleste. 

Y fue en tierra nipona que se gestó este puntapié glorioso, frente a una potente Unión Soviética que llegó a la final del Mundial tras triunfar en tres encuentros, empatar uno y perder otro, y que ostentaba el mérito de ser la primera nación consagrada en la categoría (1977). Argentina, en tanto, había ganado los seis partidos con fútbol y toque. Tan venerable nivel había desplegado el equipo que César Menotti les manifestó a sus dirigidos: “Señores, ustedes ya son campeones, no me importa el resultado de este partido, ya han demostrado que son los mejores del mundo. Nada de patadas o locuras. Vayan, jueguen y me divierten a los 35.000 japoneses que están en las tribunas”.

Pero como el juego sustenta su belleza a través de su peculiar imprevisibilidad, fue la URSS la que rompió el cero fruto de un enérgico cabezazo  de Igor Ponomarev, a los 11 minutos del complemento. Sin embargo, el clima festivo no duraría demasiado para los soviéticos, ya que Ramón Díaz avisó a los pocos segundos que el elenco de Menotti iba en serio, y un fuerte remate desde afuera del área, contenido por el arquero europeo, anunció un desenlace inevitable. A los 27 minutos del segundo tiempo, un penal ejecutado por Hugo Alves igualó el partido decisivo en el Estadio Olímpico de Tokio. Y tan sólo 180 segundos bastaron para que Argentina se adelantara en el marcador de la mano de Ramón Díaz, quien en carrera memorable dejó atrás a toda la defensa roja para sellar su obra definiendo al segundo palo. La frutilla del postre fue otorgada por el brillante talento de Maradona, maestro en el arte del tiro libre que, desde distancia ideal, anotó el 3-1 final con un fuerte zurdazo que cruzo el área para clavarse abajo del ángulo derecho defendido por Chanov. Sí, faltando todavía 10 minutos para el cierre, el presagio de Menotti se había cumplido. Argentina elevó su grito de campeón y le dio vida a la categoría dorada.



CONTEXTO

Inolvidables pósters enmarcan la gesta histórica de la primera Selección Sub 20 consagrada en una cita ecuménica. Varios medios eligieron un título simple y gráfico: “Argentina, campeón del mundo juvenil”. La imagen favorita con la que los diarios ilustraron sus portadas fue la de un adolescente Diego Armando Maradona, de 18 años, levantando el trofeo con sus compañeros de batalla detrás. También es recordada la frase de Menotti tras ganar el título: “Salió campeón del mundo el mejor fútbol del torneo. Esto quiere mi país”. El eco generado por semejante muestra de buen juego bajo el comando del entrenador que un año antes había llevado a la gloria a la Selección Mayor valió para que su imagen se enaltezca y empape también a la de Ernesto Duchini, intachable formador y consejero de Menotti en el liderazgo técnico. Cualquiera que lo haya visto evocará a ese equipo cuando hable de talento, fulgor y contundencia, ya que Argentina marcó durante el Mundial de Japón 20 goles y sólo recibió 2.