El Sub 15 llegó a la gloria en una final imborrable

El 19 de noviembre de 2017, el Seleccionado conducido por Diego Placente venció 3-2 a Brasil para alzarse con el primer trofeo sudamericano de su historia.
Publicado: 10/07/2020

Cuando el objetivo tiene carácter de proeza y esa proeza se hace realidad, la gesta se convierte en leyenda. Y aquellas escenas legendarias convivirán en la memoria del futbolero para no ser despojadas. Un 0-2 ante el clásico rival a falta de 38 minutos, entre chicos de 15 años, que termine diluyendo cualquier expectativa desprendida de la dura estadística, con un vuelco en el relato conforma una crónica digna de ser denominada hazaña. Ahora bien, si esa hazaña supone el primer campeonato en la historia para una categoría, con el calor de la gente regalado por la localía y concebida como puntapié inicial de un proyecto enaltecedor de valores tradicionales, estamos hablando de un partido memorable de nuestras Selecciones Nacionales.

Fue así que la noche sanjuanina del 19 de noviembre de 2017 se convirtió en épica debido al orgullo de un equipo cuyos principios fueron inalterables. La camada 2002/2003, conducida por la dupla Diego Placente - Pablo Aimar, jóvenes talentos en el arte de entrenar, cautivó a propios y extraños con una filosofía basada en una tenencia de balón demoledora que se fue multiplicando con el correr de los partidos para angustiar a sus rivales. Aquella Sub 15 argentina dominó el certamen y lideró el Grupo A en la primera ronda para luego golear a Perú en semifinales (4-1) y enfrentarse a su máximo contendiente en la gran final. Un Brasil contundente, con 17 goles a favor y uno en contra durante la primera ronda, que eliminó 2-1 a Paraguay en semis, llegaba ostentando su historia sobre la espalda para arrebatarle el sueño a los juveniles albicelestes. Y el primer tiempo del cotejo disputado en el Estadio San Juan del Bicentenario inclinó la balanza hacia el lado del Scratch comandado por Paulo Victor Gomes, que en los pies de Kaio Jorge encontró a los 33 minutos la ventaja tras un centro de pelota parada. Al vestuario en baja pero con la ilusión intacta. Sin embargo, tan sólo 120 segundos pasaron desde que inició el complemento y Brasil volvió a anotar debido a un fortuito fallo de Francisco Flores que precedió el toque final de Kaio Jorge, quien nuevamente fue protagonista y selló un 2 a 0 que se presentaba como irreversible. Sí, después aconteció lo inesperado…, para quien no conociera el hambre de gloria de los guerreros de la Albiceleste. Al minuto y medio Matías Palacios, el exquisito número 10 del elenco de Placente, recibió un pase de Franco Orozco, quien ingresó para cambiar el desarrollo del juego, y concretó el descuento definiendo al primer palo. A los 6’ del segundo tiempo, pactado a 40’, Orozco desbordó nuevamente por derecha y centró para Matías Godoy, quien materializó un empate que hizo estallar a los 3.500 espectadores que concurrieron a alentar a los pibes. Era cuestión de tiempo…

El último capítulo de esta historia merece un párrafo aparte, porque fue el siempre firme y autor de más de una epopeya Bruno Amione quien delineó la gesta eterna: a los 34’, sacudió de cabeza un balón proveniente de un córner certero y sacó a relucir su potencia volando alto, mirando de lejos las camisetas amarillas, para romper la red en un grito que retumbó en todo el país. La leyenda tomó forma para quedar inscripta en la historia de la categoría Sub 15. El trabajo estaba hecho, como dijo el formador Aimar luego de consumarse el campeonato, haciendo alusión a que ni siquiera fue la medalla lo más importante, sino que lo fue el respeto demostrado por su equipo durante todo el torneo. Gesta inolvidable. Final imborrable. Primera corona para los más chicos.

 

 

CONTEXTO

“La Selección Sub 15 le ganó un partido increíble a Brasil y es campeona sudamericana”, tituló Clarín minutos después de la consagración nacional en San Juan. “El Sub 15, campeón” y “Argentina campeón” fueron cabeceras repetidas en los principales portales del país, que replicaron al unísono la alegría de todo el plantel juvenil argentino tras conseguir tamaña victoria que significó el primer campeonato para la categoría. Quizá queden para el recuerdo frases como la esgrimida por el arquero albiceleste, Rocco Ríos Novo, tras superar al clásico rival en una final con pulsaciones aceleradas y ser consultado por sus sensaciones respecto de Brasil: “Sin cargar al rival, esto es mérito del equipo, tenemos un grupo muy unido y nunca perdimos la fe”. O las declaraciones del incansable Luciano Vera, quien entre llantos manifestó: “Quiero dedicárselo a todo Misiones y a mi familia, es una alegría enorme que no se puede explicar. Somos campeones, ¡vamos, Argentina!”. Entre risas y celebraciones, los chicos de la Selección, con la inocencia propia del adolescente, hicieron historia, brindándole el primer campeonato a una camada que mantendría su idilio con el éxito representando, dos años más tarde, a la Sub 17. Brasil quedó con sus cuatro trofeos, Paraguay ostenta dos en la categoría, Perú, uno, y Argentina también ingresó al clan de campeones gracias a un grupo entrañable.