Enrique Omar Sívori, el eterno gambeteador

Hoy se cumplen 15 años del fallecimiento del Cabezón, jugador surgido de River y que brilló en el fútbol italiano.
Publicado: 11/02/2020

Habilidoso, pícaro, gambeteador y goleador. Enrique Sívori, desde su debut en River allá por 1954, se destacó por ser representante del más genuino Fútbol Argentino, ese fútbol de potrero, que tiene a la gambeta como uno de sus máximos exponentes.

Con las medias bajas, una de sus marcas registradas, llevó a River a ganar un tricampeonato, al conseguir de manera consecutiva los torneos locales de 1955, 1956 y 1957. En total, en el club de Núñez deleitó a los hinchas en 63 encuentros, donde marcó 28 tantos.

Sus destacadas actuaciones le hicieron ganarse un lugar en la Selección Argentina, donde disputó dos ediciones en de la Copa América. En 1957, junto a Oreste Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo y Osvaldo Cruz, formó parte del recordado equipo conocido como los "Carasucias", por  su juventud y desparpajo a la hora de jugar. En aquel Sudamericano llevado a cabo en Lima, el conjunto nacional tuvo grande actuaciones, ganó el torneo y se quedó grabado en la memoria de todos los afortunados que los pudieron ver jugar."Fue un equipo extraordinario. Éramos todos jóvenes y nos entendíamos a la perfección", recordó el 'Bocha' Maschio hace un tiempo al sitio web de la AFA.

El siguiente paso en su carrera fue la Juventus, donde fue vendido por una cifra récord para el fútbol. En el conjunto italiano se transformó rapidamente en figura e ídolo. Disputó ocho temporadas, ganó tres Scudettos, dos copas de Italia y fue el máximo goleador en 1960. Al siguiente año, ya nacionalizado italiano, la revista France Footall lo distinguió como el mejor jugador de Europa y le entregó el Balón de Oro.

En 1962, disputó el Mundial de Chile con la Selección de Italia, pero no pudo clasificar a los cuartos de final de la competencia. En total, jugó nueve encuentros y convirtió ocho goles (con la particularidad que dos de ellos fueron ante Argentina).

Después emigró al Napoli, donde también se destacó y demostró el motivo por el cual es considerado como uno de los jugadores más destacados de la década del 60. Con él en cancha, el conjunto sureño llegó a pelear el Scudetto por primera vez en su historia. Durante tres temporadas consecutivas, el equipo estuvo entre los cuatro primeros puestos. Por estas cosas, es que el 'Cabezón' se ganó el cariño de los hinchas napolitanos, como lo hacía en cada club que jugaba.

Una vez retirado, fue técnico. Dirigió a River Plate, Rosario Central, Estudiantes de La Plata, Racing y Vélez. También se hizo cargo de la Selección Argentina entre 1972 y 1973 (trece encuentros, con ocho victorias, dos empates y tres derrotas). Con el conjunto nacional consiguió la clasificación al Mundial de 1974, pero dejó el cargo antes.

En 2005 falleció a causa de un cáncer de páncreas. "Adiós, genio", tituló La Gazzetta dello Sport, histórico periódico deportivo italiano. Con el correr del tiempo, los homenajes se hicieron frecuentes. River Plate bautizó a la tribuna Almirante Brown (la cual fue construida con el dinero que dejó la transferencia del 'Cabezón'  a la Juvenuts) como 'Omar Sívori'. En San Nicolás, su ciudad natal, le construyeron una estatua en tamaño real en su honor. La Juventus también denominó como 'Club Omar Sívori' a un sector de su estadio, el cual cuenta con un restaurente y una de las mejores vistas del estadio Allianz.