"¡No! Mirá esa jugada. Tenía que definirla por abajo de la arquera..." Si uno cerrara los ojos pensaría que estas palabras las está diciendo el Vasco Olarticoechea. Sin embargo, esta vez son las propias jugadoras de la Selección Femenina las que se vistieron de entrenadoras.
¿Por qué? Es que las jugadoras de la Selección dejaron los botines para convertirse en analistas del primer chico entre UAI Urquiza y San Lorenzo, por un lugar en la Copa Libertadores (fue empate 1-1, con goles de Florencia Bonsegundo, para las de Villa Lynch, y Florencia Quiñones para las de Boedo, ambas jugadoras albicelestes).
Mientras los minutos corrieron, las jugadoras no sólo vieron a sus compañeras de equipo, sino que también anotaron, evaluaron y se fijaron en aquellos detalles del partido que les pueda servir para mejorar.
Este jueves, el Seleccionado se presentará en el Predio de Ezeiza para culminar su primera semana de trabajo luego de los Juegos Panamericanos.
El proyecto quiere seguir creciendo
Este jueves, Pablo Calderón, ayudante de campo del Vasco, viajará a Santa Fe, donde realizará una Capacitación de inserción del fútbol a nivel Infantil, Juvenil y Mayor e irá a evaluar a jugadoras buscando nuevas promesas que puedan ser parte del Seleccionado nacional. El sueño de expandir el fútbol femenino se hace cada vez más grande...