institucional 09/02/2021

La AFA redobla su compromiso con el Fútbol Argentino y acompaña a todos los clubes en la difícil coyuntura que el mundo atraviesa

Cuando Alan González, arquero de San Telmo, atajó el último penal de la serie definitoria ante Deportivo Madryn, concluyó la temporada 2020 del Fútbol Argentino de la manera que había expresado el Presidente de AFA, Claudio Tapia: disputando todos los partidos y dirimiendo los ascensos dentro de los campos de juego.

El 2020 no fue fácil para el mundo entero. Nuestro querido país, y por supuesto el fútbol, no fueron excepciones en esta pandemia a la cual le seguimos dando lucha en base a la responsabilidad y el cuidado de la población, mientras aguardamos esperanzados la vacunación para todos y todas. En ese sentido, acompañando las decisiones gubernamentales en la materia, en el mes de marzo la pelota tuvo que parar. Era hora de cuidar la salud de los integrantes de la familia del fútbol, priorizando lo humano por sobre lo deportivo y económico. Así fue como en abril, el Comité Ejecutivo de AFA, ante la situación epidemiológica, decidió con muy buen tino la finalización de los torneos en juego y se comprometió a disputar, durante el segundo semestre del año, los ascensos en cancha si las autoridades sanitarias lo permitían.

Fueron ocho largos y duros meses. Nuestros clubes afiliados tuvieron que cerrar sus puertas, suspender actividades y soportar una baja masiva de ingresos ante la caída de sponsors, falta de recaudaciones y merma en el pago de las cuotas sociales.
Pero aún con ese sombrío panorama, nuestras queridas asociaciones civiles profundizaron la ayuda social, la interacción con la comunidad y abrieron sus puertas a quienes más los necesitaban para poder luchar juntos contra esta pandemia atroz.
La AFA, encabezada por su Presidente Claudio Tapia, estuvo presente durante todo este tiempo para ayudar y contener a los clubes y a sus dirigentes.

Siempre atento a las necesidades de cada uno de sus afiliados, se continuó otorgando mes a mes el canon de derechos audiovisuales que les permitió a la gran mayoría de ellos, sobre todo a los que cuentan con menores recursos, poder afrontar sus obligaciones con empleados y proveedores. También se siguió abonando los subsidios a las entidades participantes del fútbol femenino y del  futsal. Por supuesto que tampoco la AFA descuidó su estructura. En tal sentido, con gran esfuerzo, abonó los salarios totales de sus trabajadores en tiempo y forma (incluidos cuerpos técnicos de todas las selecciones y árbitros), cumplió con todas sus obligaciones económicas y puso a disposición de las autoridades nacionales, provinciales y municipales el predio de Ezeiza, transformándolo en un hospital de campaña, el cual, por suerte, no tuvo que ser utilizado.

Se reunió con Futbolistas Argentinos Agremiados y con la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino y firmó convenios para garantizar la continuidad laboral de los jugadores y técnicos, brindando por primera vez en la historia un subsidio a quienes no tuvieran trabajo a partir del mes de julio. Tampoco se olvidó de los empleados de los clubes y pactó con Utedyc convenios para garantizar las fuentes laborales. De esta manera se cuidaron, aproximadamente, 40.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, que genera la industria del fútbol en la República Argentina.

En paralelo, a medida que las autoridades sanitarias comenzaron a investigar esta desconocida enfermedad, la AFA, a través de su Departamento Médico, comenzó en forma conjunta con el Ministerio de Salud de la Nación encabezado por el Dr. Ginés González García, a elaborar un protocolo que permitiera a los futbolistas, primero volver a entrenar, y luego a competir, pero siempre priorizando la salud de todos los protagonistas.

Fue así como en agosto los planteles de la Liga Profesional de Fútbol volvieron a entrenarse y a partir de ese momento de manera escalonada lo pudieron hacer todas las divisionales de ascenso, el fútbol femenino y el futsal. La pelota volvía a rodar en un mundo totalmente distinto a cuando se había detenido.

El incansable trabajo conjunto de las autoridades del fútbol junto al Gobierno Nacional, sumado a la responsabilidad de los integrantes de los diversos planteles y el respeto a rajatabla de los distintos protocolos generó que la letra de la Resolución del Comité Ejecutivo se transforme en realidad. Se volvía a jugar al fútbol en Argentina y los ascensos se iban a dirimir en su lugar de origen: el campo de juego.

Desde el 30 de octubre (primer partido de la Liga Profesional de Fútbol) hasta el 4 de febrero de 2021, cuando San Telmo ascendió a la segunda categoría, se disputaron 617 partidos entre Liga Profesional, Primera Nacional, Primera B, C y D, Federal A, Primera A, B y C del Fútbol Femenino y Futsal. Para que ello sucediera, no sólo se respetaron los protocolos sanitarios, sino que se hicieron infinidad de test en todas sus formas. La gran mayoría de ellos fueron entregados y abonados por AFA. Ese esfuerzo de todos permitió que pudiéramos completar los torneos sin que se registrara ningún partido suspendido por casos de Covid.

En lo estrictamente deportivo, la máxima categoría de nuestro fútbol profesional en sus disciplinas femenina y masculina disputó dos finales de grandísimo nivel, tanto en lo deportivo como en lo organizativo, que reafirmaron que nuestro fútbol se encuentra entre los mejores del mundo. En las divisionales de ascenso, tanto del masculino como del femenino, se jugaron 15 definiciones a partidos únicos disputados en estadios de la Liga Profesional o de divisionales superiores con ternas arbitrales de gran jerarquía. Todo esto que estamos contando no hubiese sido posible sin el incansable trabajo de nuestro Presidente, Claudio Fabián Tapia, de su Comité Ejecutivo y de cada uno de los componentes de la familia de AFA.

Asimismo, sería injusto no reconocer el apoyo de las autoridades Nacionales, Provinciales y Municipales, que tanta ayuda nos brindaron y nos seguirán bridando, de los gremios interrelacionados con el fútbol y, sobre todo, un enorme GRACIAS a nuestros clubes, a sus directivos, a las y los futbolistas y a todos los que directa o indirectamente trabajan, viven, sueñan y defienden a este hermoso deporte: el fútbol. Sin todas y todos ustedes esto no hubiera sido posible.

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