El repechaje en Arsenal: el día del reconocimiento para la Selección Femenina

El 8 de noviembre de 2018, Argentina derrotó 4-0 a Panamá ante su público y quedó a un paso de clasificarse al Mundial de Francia.
Publicado: 26/06/2020

Aquel jueves 8 de noviembre, al acercarse al Estadio Julio Humberto Grondona, el silencio se apoderó del piso superior del vehículo en el que se encontraban las jugadoras, motivado por la sorpresa de encontrar miles de banderas, de camisetas, de familias, de chicas y chicos gritando sus nombres aún varias cuadras antes de llegar a destino. Todo pasa por algo, y la derrota ante Chile, en el último encuentro de la Copa América, hizo que las futbolistas argentinas puedan tener este recordado encuentro con su gente.

Al comenzar el partido, la Selección salió dispuesta a atacar a Panamá. Transcurridos nueve minutos del primer tiempo, Mariana Larroquette fue derribada en el área. La capitana Estefanía Banini ejecutó el penal, pero la joven arquera Yenith Bailey contuvo el remate. Esto no desanimó al conjunto conducido por Carlos Borrello, que a los 21 minutos tuvo su recompensa. Florencia Bonsegundo cruzó la pelota desde su izquierda, Belén Potassa abrió sus piernas para dejarla pasar y Larroquette recibió en el área, enganchó y sacudió la red para desencadenar la alegría argentina. Cuando aún duraba el festejo albiceleste, Eliana Stabile sacó un zurdazo memorable desde larga distancia, que pegó en la base del travesaño y se metió en el arco panameño.

Los cantos y la algarabía continuaron durante el entretiempo. Panamá intentó recortar las distancias y el partido se volvió más friccionado, obligando a la defensa argentina a responder con certeza y rapidez. Ya sobre el final del partido, Banini se adueñó de la pelota sobre la franja izquierda del campo, recorrió la distancia desde la línea central hasta el vértice del área, eludió a tres rivales y remató al arco desde fuera del área grande. La pelota se estrelló en el travesaño, pero allí estaba la delantera de Boca, Yamila Rodríguez, para empujar el balón y desatar el festejo contenido. El descontrol se apoderó de Panamá en esos últimos minutos. Cedeño fue expulsada tras una falta sin pelota, la jueza otorgó otro penal para Argentina y Eliana Stabile decretó el 4-0 final en una noche soñada.

"Un paso clave rumbo a Francia", tituló Clarín, mientras que La Nación señaló: "A un paso del Mundial". El diario deportivo Olé habló de "Una ventaja Mundial" e Infobae bautizó ese 8 de noviembre como "el día que las mujeres reclamaron el fútbol como propio".

La Albiceleste selló su clasificación al Mundial de Francia 2019 con un 1-1 en Panamá, pero nunca olvidará esa noche de fútbol, reconocimiento, goles y alegría en Sarandí.



Contexto
Todo pasa por algo. Esa podría ser la frase de cabecera de las futbolistas que le dieron a la Selección Argentina su tercera clasificación mundialista, generando una identificación y una convocatoria de público inédita en el fútbol femenino de nuestro país. La fecha elegida fue el 8 de noviembre de 2018, pero esta historia comienza mucho antes, más precisamente el 22 de abril de ese mismo año. Luego de una victoria trascendental ante Colombia, la Albiceleste sufrió una dura caída por 4-0 ante Chile en el último partido de la Copa América que se disputó en el país trasandino. Esta derrota determinó el destino argentino: para volver a jugar un Mundial debería superar a un rival proveniente de la CONCACAF en un repechaje.


No era la primera vez que la Selección contaba con una oportunidad semejante: en 1998, tras obtener el segundo puesto en el Sudamericano de Mar del Plata se había medido ante México, con un resultado global de 6-3 a favor de las subcampeonas de CONCACAF.

Jugar de local es algo inusual para las selecciones femeninas, que no cuentan con Eliminatorias en el mismo formato que las masculinas. Por eso, y por el contexto social vigente, la previa de ese partido ante Panamá fue muy especial. La ansiedad y la expectativa estaban a la orden del día dentro de ese plantel que veía las redes sociales inundadas de convocatorias para acudir al estadio de Arsenal. Los medios masivos de comunicación se acercaban al Predio de Ezeiza, abriendo espacios de difusión que antes parecían imposibles de alcanzar.