En 1973, la Selección Argentina se convirtió en el primer equipo en derrotar a Alemania en el Olímpico de Múnich

En un histórico encuentro, la Albiceleste se hizo fuerte de visitante y venció por primera vez en la historia al equipo teutón.
Publicado: 23/06/2020

Hay partidos que pasan a la historia. Quedan grabados para siempre en la retina de los que tuvieron la suerte de verlos en vivo, o en la memoria de los que los escucharon por radio o leyeron la síntesis el día posterior en los diarios. Los motivos son muchos y de los más variados. ¿Por qué nos acordamos tanto de un amistoso y tal vez le asignamos mayor importancia que a muchos partidos oficiales? Razones hay, de sobra, y el objetivo de estas entregas –además de rememorar históricos encuentros- es entender porque fueron tan significativos para el Fútbol Argentino.

Corría el año 1973 y las realidades de ambas selecciones eran muy distintas. Alemania, flamante campeón de la Eurocopa el año anterior, se estaba preparando para recibir –y ganar- el próximo Mundial en 1974. Argentina, en cambio, era todo lo opuesto: sumergida en un constante proceso de renovación, venía de no clasificarse a la Copa del Mundo de 1970 y los técnicos al mando del equipo pasaban y pasaban. El fútbol –por suerte- tiene estas cosas, y la lógica no siempre se da. La realidad es que los alemanes eran los claros favoritos a ganar el encuentro, más teniendo en cuenta que nunca en su historia habían perdido en el Olímpico de Múnich, inaugurado el año anterior para los Juegos Olímpicos.

Siempre hay una primera vez, y en este caso Argentina dio el golpe. A los cinco minutos de juego se puso en ventaja gracias a un tanto de Jorge Ghiso, quien remató luego de un preciso centro de Miguel Ángel Brindisi. A los 14 llegó el segundo tanto, esta vez gracias a un golazo de tiro libre de Noberto Alonso. Con un remate elegante de zurda, la colgó en un ángulo, imposible para el arquero Sepp Maier. A fuerza de juego y empuje, los locales comenzaron a inquietar el arco albiceleste, y fue allí donde la figura de Daniel Carnevali, por aquel entonces arquero de Chacarita, tomó protagonismo. Así y todo, a los 21 minutos del segundo tiempo, el equipo dirigido por Omar Sívori aprovechó una de las pocas situaciones que tuvo en el complemento y Brindisi puso de penal el sorpresivo 3-0. Sobre el final llegaron los goles alemanes: primero de la mano de Jupp Heynckes y luego, casi con el tiempo cumplido, Bernd Cullmann puso el 3-2 final.

Una victoria histórica e inolvidable. La primera en la historia ante Alemania. Y como si fuera poco, los locales perdieron por primera vez en el Olímpico de Múnich. El duelo entre ambos países se transformaría, con el paso de los años, en una constante a nivel selecciones, a tal punto que con tres ediciones (1986, 1990 y 2014) es la final más repetida en la historia de los mundiales. Aquella jornada en Múnich, Argentina derrotó a la Selección más poderosa del momento en su estadio, ante todos los pronósticos. El recuerdo continúa más que latente hasta el día de hoy, por más amistoso que haya sido.

Contexto

El triunfo argentino se siguió muy de cerca por los principales medios de comunicación de nuestros país, quienes le dieron mucha repercusión. Más allá de tratarse de un amistoso, la victoria significó para los argentinos la prueba cabal que nuestra selección podía plantársele a cualquier equipo y jugarle de igual a igual, incluso de visitante.  “Histórico triunfo argentino en Múnich” tituló El Gráfico, que le dedicó por completo su tapa. En su interior, además de una extensa cobertura resaltando la importancia del encuentro, hay dos frases que se destacan: “¡Argentina conmovió al mundo!” bien grande en primer lugar y, también, un textual del técnico Sívori, quien afirmó luego del partido: “Es la alegría más grande de mi vida”.