Durante los años veinte y treinta, hubo un jugador que se destacó en Central Córdoba y quedó grabado para siempre en la historia grande de nuestro fútbol. Ese futbolista fue Gabino Sosa, símbolo del club rosarino a partir de su habilitad y talento con la pelota en los pies.
Nacido en Rosario, el 4 de octubre de 1899, permaneció en Central Córdoba durante 24 años. En aquella época, tan distinta a la actual, formó parte de la Selección Argentina en 14 partidos y obtuvo la Copa América de 1921, disputada en nuestro país. Además, en incontables ocasiones integró combinados rosarinos, donde se reunían los mejores jugadores de la ciudad.
En Central Córdoba, donde es una leyenda, obtuvo en cuatro ocasiones los campeonatos de la Asociación Rosarina de Fútbol, la Copa Nacional Copa Beccar Varela de 1934 y, en dos oportunidades, el Torneo Gobernador Luciano Molinas.
Una vez instalado el profesionalismo, fue tentado por otros clubes pero siempre eligió quedarse en Central Córdoba. Cuenta la leyenda, que en el momento de firmar su primer contrato pidió a cambio solamente 400 pesos y una muñeca, la cual le regaló a su hija.
El 7 de noviembre de 1969, el estadio de Central Córdoba pasó a llamarse "Gabino Sosa". Hermoso reconocimiento en vida para una verdadera leyenda, que falleció dos años después, el 3 de marzo de 1971.