Es un pirata. Pirata cordobés, claro. Con 17 años, ya supo vestirse de celeste y blanco. Varias veces. ¿La última? En marzo, cuando en Paraguay, la Selección Sub 17 que dirige Miguel Ángel Lemme estuvo a nada de consagrarse campeón sudamericano. Ahora, la historia es diferente. En la tierra donde en pocos meses se jugará el Mundial de su categoría, Federico Bonansea se mezcla entre guiños de Romero y voladas para intentar evitar un gol de Agüero en los ejercicios de definición.
"Para nosotros, pasar de entrenar con nuestros compañeros de club a trabajar con los mejores jugadores del mundo es algo único. Estar con ellos en una Copa América es un orgullo. Yo estoy acá para ayudarlos y lograr que sean campeones", cuenta el arquero de Belgrano, que a comienzos de temporada fue incluido por Ricardo Zielinski en el plantel profesional del Celeste.
Los juveniles son protagonistas día a día en la concentración argentina. Comparten el entrenamiento con la Mayor y, cuando son requeridos por Martino, están disponibles para seguir sus indicaciones. Tanto que a Bona ¡le tocó ser hasta titular en una práctica de fútbol! Todavía incrédulo por el momento que vive, Fede aprovecha la oportunidad para aprender de los mejores: "Entrenar con ellos es muy lindo. Yo me voy a volver a Córdoba con un montón de cosas para corregir. Mi relación con ellos es bárbara, generan un gran ambiente para trabajar. Son grandes personas y me aconsejan mucho".
La jornada matutina de hoy fue especial. Primero, por la baja de Andújar, fracturado en su mano derecha. Después, porque a pesar de haber participado en varios ejercicios junto a Romero y Guzmán, la prensa se encontró con que, junto a los dos porteros de la Selección de Martino, había un tercero que se tiraba a la par de Chiquito y el Patón para evitar los goles de Messi. "Los primeros días lo miraba a Leo, al Kun y no lo podía creer. Pero al poco tiempo me dí cuenta de que son personas muy simples y humildes", explica el nacido en Dalmacio Vélez Sársfield. ¿Y a la hora del uno vs. uno contra tus ídolos, Fede? "Es muy difícil, te querés dar confianza porque no sabés con qué te van a salir. Trato que no sean todos goles, jeje".
A la espera de la llegada de Agustín Marchesín, el arco de la Selección en Chile está bien custodiado. Por Romero y Guzmán, sin dudas. Pero también por un pirata cordobés que está listo para dar una mano cada vez que el Tata se lo solicite. "Es lo más gratificante que me pasó en mi carrera", cuenta a corazón abierto este Bonachón, que vive los días más felices de su vida junto a la bandera argentina.