22/01/2016

Amor Matador

A orillas del río Danubio se abre paso la pintoresca ciudad de Viena, capital de Austria. Más de 11 mil kilómetros separan esta urbe del Estadio Monumental, lugar en el que Argentina levantó la Copa del Mundo en 1978. Pero no le van a hablar de distancia a Rita, austríaca fanática de la Albiceleste, que recuerda esa final como el momento clave de su amor por la Celeste y Blanca. "La razón de mi fanatismo tiene nombre y apellido: Mario Kempes. Cuando Argentina obtuvo el Mundial '78 yo era una niña. Me acuerdo que compramos nuestra primera televisión y vimos todos los partidos en ella. Así empezó la historia", relata Rita.

 

Años más tarde, el Matador pasó por varios clubes austríacos antes de finalizar su carrera. De esta manera, Rita consiguió ver a su ídolo en el campo de juego: "No sólo era un excelente jugador, sino que también era muy atractivo".

 

La historia de amor entre Rita y Argentina continuó luego del retiro de Kempes. Como la televisión austríaca no facilitaba mucha información, la llegada de Internet fue muy importante para seguir el rastro de la Selección. La aparición de Messi fue un nuevo incentivo para renovar la pasión por la Albiceleste: "Él es una gran razón para seguir a la Argentina una y otra vez".

 

Rita confiesa que su fanatismo la ha llevado hasta las lágrimas: "Lloré cuando fuimos eliminados en el Mundial 2010 y me fastidié completamente luego del 2014. Tras la final de la Copa América 2015 estuve sin hablar por el resto de la semana. Apenas me levanté al día siguiente, mi familia entendió lo que había pasado". A pesar de eso, ya piensa en lo que viene y por eso acerca sus tres dedos al escudo con dos estrellas de la Selección: "Deseo y rezo para que la tercera estrella llegue en el 2018. ¡Tiene que ser nuestro año!".

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