Movedizo, flotando en tres cuartos de cancha con sus elegantes zancadas, mostrándose siempre, tocando mucho con Messi y con el arco entre ceja y ceja. Así se lo vio a Javier Pastore, que tuvo la primera y perdió con Villar, tuvo la segunda y volvió a toparse con el arquero guaraní, y tuvo la tercera y ya no perdonó, con un remate seco, al rincón, después de un gran pase de Messi.
Pero tras el descanso, el talentoso jugador del PSG se sacó el traje de goleador y se puse puso el de asistidor, con una enorme cesión de cachetada para Di María, quien corrió al vació y definió cruzado para el 3-1. "Llegamos muy bien a la final", avisó el Flaco, quien recibió los elogios de Martino: "Me pareció que hizo un partido muy bueno, manejó los tiempos, estuvo fino y además encontró espacios para llegar él a posición de gol".