“Portugal va en busca de la gloria. Nosotros en busca de entrar en la historia”, dijo el técnico, Matías Lucuix, esta mañana, en su última charla con los jugadores antes de viajar al Estadio.
Argentina y Portugal se vuelven a ver las caras como en 2016, cuando se enfrentaron en semifinales, en un partido que dio a la Selección Nacional el paso al partido consagratorio.
“Somos dos selecciones diferentes a las que se enfrentaron en 2016. Se mantuvo un proceso y en eso sí creo que somos parecidos: Portugal evolucionó no solo a nivel de Selecciones sino a nivel de clubes y a nivel institucional y me parece que hoy está mostrando ese crecimiento en Europa. Nos veo parecidos, sobre todo a nivel emocional, la personalidad. Cuenta además con uno de los mejores seleccionadores del mundo, Jorge Braz, y uno de los mejores jugadores de la historia, Ricardinho, así que será un rival muy duro, muy difícil. Tendrán esa sed de revancha por lo sucedido en el último mundial, pero es un partido aparte, una final. Los dos vamos a dar lo mejor que tenemos para quedarnos con el título”, agregó el DT.
Con sus herramientas, la solidez defensiva y el sacrificio del grupo, sumado a la unión del equipo dentro y fuera de la cancha, Argentina irá esta tarde en busca de un nuevo título: el bicampeonato.
“Claramente, el nivel defensivo es nuestra mayor virtud. Sabemos lo que hacemos y confiamos en eso, pero nos vamos a enfrentar a uno de los mejores ataques del mundo. Tienen gran movilidad, jugadores que comparten mucho tiempo durante el año porque comparten equipos y eso es una ventaja. Tendremos que estar muy concentrados, ser fieles a nuestra identidad, a nuestra filosofía. No perderemos nuestra esencia, vamos a salir a buscar el partido y espero que salga un encuentro atractivo para los espectadores”.
“Apuntamos al grupo. Individualmente no somos los mejores del mundo, pero sí como equipo, como grupo. La unión, el sacrificio, el compromiso son parte de nuestros valores, es algo que los jugadores fueron construyendo desde hace muchos años y este presente es el reflejo de eso”.
Argentina fue cumpliendo uno a uno los objetivos: la clasificación en la fase de grupos, cada instancia de octavos, cuartos y semifinales, y se ganó así la chance de jugar los siete partidos en el torneo. Ahora afronta el último:
“Lo mejor del torneo es que pudimos ir partido a partido. Supimos jugar cada uno como si fuese una final y a partir de ahí fuimos trabajando cada encuentro. Los resultados, luego, te van dando la confianza para salir a buscar el partido que viene. No hubo un momento donde no hayamos sentido que podíamos llegar a la final, quizás hubo mérito en cómo se dio vuelta con Paraguay”.
“Las finales se juegan y se ganan, están para ser ganadas, así que ese es el objetivo”, dijo Lucuix ayer en conferencia de prensa.
“Va a ser un partido muy duro, largo. Es una final y no creo que haya cansancio mental o físico que lo afecten. Depende cómo lo afronte cada uno será cómo se dé el partido. Espero que caiga de nuestro lado, esperemos tener la fortaleza que necesitamos y que salga como lo preparamos para quedarnos con la victoria”.
“Los jugadores son los responsables, los protagonistas. Soy feliz desde donde lo estoy disfrutando, estamos frente al partido que todos quieren jugar. De nuestra parte, tratamos de hacer nuestro trabajo y esperemos mañana poder festejar todos juntos”.