Para entender la importancia que tuvo Carlos Peucelle en nuestro fútbol, hay que analizar su carrera como futbolista y entrenador, ya que logró destacarse en ambas funciones. Con los pantalones cortos fue un delantero habilidoso, goleador y muy inteligente para jugar. En cambio, con el buzo de director técnico, fue un formador de grandes jugadores. Un crack dentro de la cancha y un maestro fuera de ella.
Peucelle nació el 13 de septiembre de 1908 en Barracas, hace exactamente 110 años. Se inició en Sportivo Anchorena, y luego pasó por las inferiores de Boca, San Telmo y en 1927 llegó a Sportivo Barracas, donde comenzó a destacarse como un delantero polifuncional, capaz de desempeñarse en varias posiciones del campo de juego. Por su forma de jugar, ya que podía aparecer en cualquier sector de la cancha, y por la manera en que desordenaba a los rivales luego de sus gambetas, se ganó el apodo de 'Barullo'.
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Sus grandes actuaciones en el fútbol local le permitieron ser convocado a la Selección Argentina y disputar el primer Mundial de la historia en 1930. En tierras uruguayas, jugó cuatro encuentros y convirtió tres tantos, uno de ellos en la final del certamen. Además, se consagró campeón de dos torneos Sudamericanos (actual Copa América) en 1929 y 1937, ambos certámenes disputados en Buenos Aires. Con la Albiceleste jugó 28 encuentros y marcó 28 goles.
En 1931, River compró su pase por diez mil pesos, una cifra totalmente atípica para la época, motivo por el cual el club se ganó el apodo de 'Millonario'. “Ese dinero fue para mí en su totalidad. Yo me quedé con siete mil, y los otros tres mil se los devolví espontáneamente a Sportivo Buenos Aires, que me había pagado esa suma por un año”, explicó en una oportunidad, evidenciando la humildad con la que se desempeñó dentro del ambiente del fútbol. En total, en el equipo de Núñez disputó 327 partidos, convirtió 118 tantos y obtuvo cinco títulos locales.
Tras retirarse, comenzó a trabajar en las divisiones inferiores de River, donde se ganó el apodo de 'maestro', aunque él no se sentía cómodo cuando le decían así. Instructor, didáctico para enseñar y sabio a la hora de dar un consejo, formó a jugadores de la talla de Alfredo Di Stéfano, Ermindo Onega y Oscar Más. En 1945 dirigió la Primera División y se consagró campeón con el equipo de Núñez. Además, es reconocido por haber sido él quien le aconsejó a Adolfo Pedernera que abandone su ubicación pegada a la raya y juegue más volcado al medio, posición donde brilló en aquella emblemática delantera conocida 'La Máquina'.
También se desempeñó como técnico en Colombia, San Lorenzo, Huracán, Perú, Costa Rica, Racing, Paraguay y México. En 1975, además, publicó el libro "Fútbol todo tiempo e historia de La Máquina", donde expuso todas sus conceptos y sabiduría relacionados con el fútbol.
Carlos Peucelle fue un verdadero maestro, por más que él, por su humildad, le escapaba a ese apodo. Un hombre que dejó una huella imborrable en el fútbol, dentro y fuera de la cancha.
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— AFA (@afa) 25 de enero de 2019
