Más allá de las instancias que tendrá el próximo partido ante Irak, el pasado reciente pesa. Con ese epílogo increíble, cuando Argentina había empatado su compromiso ante Marruecos, Argentina tuvo en el conjunto africano un duro rival que aspira también a la pelea por el podio.

Finalmente, el VAR dio ganador a Marruecos. Hay un reclamo por la forma en la que se definió esa victoria, pero el plantel ya mira hacia adelante y al próximo rival: Irak.

Luego de la práctica de este jueves, AFA habló con Giuliano Simeone, uno de los goleadores de la jornada inaugural, para conocer su impresión del encuentro.

"La verdad es que fue un partido bastante duro, ante un buen rival. Creo que en el primer tiempo nos costó encontrar el juego que queríamos, pero en el segundo pudimos acomodarnos. Quedamos 2-0 abajo cuando ya habíamos salido a buscar el partido. Creo que ahí nos sentimos muchísimo mejor y buscamos el empate hasta que lo conseguimos, un empate que luego nos anularon a instancias del VAR".

Marruecos fue un adversario difícil que, además, logró desequilibrar en momentos clave, en la última jugada antes del descanso y recién empezado el segundo tiempo. Luego de eso, Argentina fue con todo y el partido tuvo constantes interrupciones, ya sea por la fatiga del rival o por la invasión del campo de juego por parte del público.

"Mascherano nos había adelantado que Marruecos iba a ser un rival duro, complicado. Lo habíamos hablado antes del partido y lo sabíamos. Lo fuimos a buscar en los últimos minutos, pero ahora sentimos que es tiempo de pensar en Irak y de ir a sumar los tres puntos".

A los 68 minutos, Simeone convirtió el descuento cuando Argentina iba con todo. Entró con la pierna estirada por el segundo palo para levantar la pelota hasta el techo del arco. Argentina había abierto el camino al gol.

"El gol me pone muy contento, aunque, sinceramente, me centro más en cómo trabajó el equipo, la garra que tuvo para ir a buscar el partido, ese empate que lo trabajamos muy bien, muy unidos, con la rebeldía y ganas de ir a buscar el partido. Pero reitero, ya estamos pensando en Irak".

Su apellido está irremediablemente asociado a la competencia olímpica. Su padre, Diego “El Cholo” Simeone, logró la medalla plateada con la Selección en Atlanta 1996, y su hermano mayor, Giovanni, estuvo en el plantel que compitió en los Juegos de Tokio, los juegos de la pandemia, en 2020.

"¿La convocatoria? Cuando me llamó Javier (Mascherano) me sentí muy contento, muy feliz, no me lo esperaba. Es un orgullo poder representar a la Argentina y hacerlo con este apellido, por mi papá y mi hermano, que también tuvieron la oportunidad de estar en los Juegos".