Omar Sívori, un símbolo del fútbol

Publicado: 04/04/2019
Omar Sívori, un símbolo del fútbol

 

Habilidoso, pícaro, gambeteador y goleador. Enrique Omar Sívori, desde su debut en River allá por 1954 ante Lanús con apenas 18 años, se destacó por ser representante del más genuino fútbol argentino, ese fútbol de potrero, que tiene a la gambeta como uno de sus máximos exponentes.

 

Con las medias bajas, una de sus marcas registradas, llevó a River a ganar un tricampeonato, al adjudicarse de manera consecutiva los torneos locales de 1955, 1956 y 1957. En total, en el club de Núñez deleitó a los hinchas en 63 encuentros, donde marcó 28 tantos.

 

Sus destacadas actuaciones le hicieron ganarse un lugar en la Selección Argentina, donde disputó dos ediciones en de la Copa América. En 1957, junto a Oreste Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo y Osvaldo Cruz, formó parte del recordado equipo conocido como los "Carasucias", por  su juventud y desparpajo a la hora de jugar. En aquel Sudamericano disputado en Lima, el conjunto nacional tuvo grande actuaciones, ganó el torneo y quedó grabado en la memoria de todos los afortunados que lo vieron jugar. "Fue un equipo extraordinario. Éramos todos jóvenes y nos entendíamos a la perfección", recordó el 'Bocha' Maschio.

 

El siguiente paso en su carrera fue la Juventus, donde fue vendido por un cifra récord para el fútbol argentino. En el conjunto italiano se transformó en figura e ídolo de la hinchada. Disputó ocho temporadas, ganó tres Scudettos, dos Copas de Italia y fue el máximo goleador en 1960. Al siguiente año, ya nacionalizado italiano, la revista France Football lo distinguió como el mejor jugador de Europa y le entregó el Balón de Oro.

 

 

 

 

En 1962 disputó el Mundial de Chile representando a la Selección de Italia pero no pudo clasificar a los cuartos de final de la competencia. En total, jugó nueve encuentros y convirtió ocho goles (con la particularidad que dos de ellos fueron ante Argentina).

 

Después emigró al Napoli, donde también se destacó y demostró el motivo por el cual es considerado como uno de los jugadores más destacados de la década del 60. Con él en cancha, el conjunto sureño llegó a pelear el Scudetto por primera vez en su historia. Durante tres temporadas consecutivas el equipo estuvo entre los cuatro primeros puestos. Así, este excelente jugador se ganó el cariño de los hinchas napolitanos, tal como lo hacía en cada club donde  jugaba.

 

Una vez retirado, fue técnico. Dirigió a River Plate, Rosario Central, Estudiantes de La Plata, Racing y Vélez. También se hizo cargo de la Selección Argentina entre 1972 y 1973 (trece encuentros, con ocho victorias, dos empates y tres derrotas). Con el conjunto nacional consiguió la clasificación al Mundial de 1974, pero dejó el cargo antes.

 

 

 

 

En 2005 falleció tras una enfermedad. "Adiós, genio", tituló La Gazzetta dello Sport, histórico periódico deportivo italiano. Con el correr del tiempo, los homenajes hacia su persona se hicieron frecuentes. River Plate bautizó a la tribuna Almirante Brown (la cual fue construida con el dinero que dejó su transferencia  a la Juventus) como 'Omar Sívori'. En San Nicolás, su ciudad natal, le construyeron una estatua en tamaño real en su honor. La Juventus también denominó como 'Club Omar Sívori' a un sector de su estadio, el cual cuenta con un restaurante y una de las mejores vistas del estadio Allianz.

 

Sívori, el 'Cabezón'. Aquí y allá. En Argentina y en Italia, pero siempre con una pelota en los pies. Por siempre y para siempre, todo un símbolo del fútbol.