De norte a sur y de este a oeste. En Argentina. En Qatar. Y en el mundo. Se quebraron las gargantas y estallaron los corazones. La tensión contenida soltó amarras abrazada a una pelota de fútbol y a la camiseta celeste y blanca. En el Mundial que el mundo mira. En el Mundial que es ilusión. En el Mundial que arrancó esquivo y que una actuación ganadora y convincente empezó a revertir. Cada ciudad y pueblo del país y cada rincón del Lusail, allá en Qatar, fue un canto al fervor que hace soñar a todo un país futbolero. Desde la cuna. Somos eso. Porque de fútbol somos.
Resumir la fiesta popular no es tarea complicada. Por el contrario. Es un relato que se hace fácil y natural. Vení, te invitamos a la fiesta del 2-0 de Argentina ante México, donde el capitán Lionel Messi y el ingresado mediocampista Enzo Fernández, en una noche consagratoria, marcaron los goles a los 19 y 42 minutos del segundo tiempo del partido en el Estadio Lusail, al que asistieron más de 80 mil espectadores. Repleto de argentinos.
Despejados los fantasmas tras el debut, el vigente campeón de América se posicionó en el segundo lugar de la zona con 3 puntos y definirá su pase a la ronda final el miércoles próximo desde las 16 ante el líder Polonia (4) de Robert Lewandowski.
La tensión contenida se convirtió en euforia y los gritos de todo un pueblo se escucharon a lo largo y ancho de todo el país. Grandes multitudes se dieron cita en plazas y sitios públicos tradicionales para celebrar la victoria de la Selección Argentina. El entusiasmo y los cánticos estallaron durante el segundo tiempo, cuando los goles abrieron un partido que se presentaba cerrado.
Finalmente gorros, camisetas, banderas, mini vuvuzelas y maquillados albiceleste coparon el escenario y retrataron el gran fervor popular.