Una nueva representante arbitral se suma a las entrevistas del sitio oficial de AFA. Se trata de Salomé Di Iorio, emblema del arbitraje local y representante argentina a nivel internacional desde 2004. La cuarentena junto a su familia y todo lo concerniente a su actividad fueron temas excluyentes, en un ida y vuelta que dejó valiosas definiciones.
-¿Cómo estás llevando el confinamiento?
Bien, aunque ya se está haciendo un poco tedioso: el entrenamiento en casa con espacios reducidos, en especial para correr. Pero lo importante es que hay que cuidarse.
-¿Cómo está viviendo tu hijo este momento tan particular?
Con Tommy sucede lo mismo. Al principio estaba feliz de estar todo el día con los padres y ahora ya se está cansando de las tareas y extraña a los amiguitos y al resto de la familia, por lo cual se la pasa haciendo videos para estar más cerca. Es difícil a un chico decirle que no se puede ir al parque, a los juegos o a la plaza, pero le explicamos lo que está pasando con fotos, vídeos infantiles y cuando quiere salir, él mismo dice ‘… cierto que está el virus y no podemos’. Tiene apenas cuatro añitos y a veces le cuesta comprender lo que estamos viviendo. Si para los adultos ya es complicado...
Sin embargo, el aislamiento social no es un impedimento para que Salomé continúe con el aprendizaje: “Estamos siempre interactuando con los instructores con clases por zoom, tanto técnicas como físicas y eso nos mantiene activos y cercanos también. Esta muy bueno”.
-Con el paso del tiempo, ¿notaste que más mujeres se están animando más para dedicarse al arbitraje?
Sí. Muchísimas chicas eligen el arbitraje y, siempre que lo asuman con la seriedad, respeto y responsabilidad que conlleva, me alegra que seamos más. Nos costó mucho ser aceptadas y reconocidas, sería una pena perder lo que, a las precursoras, nos llevó muchos años de trabajo.
-¿Qué cambios notás que hay hacia la mujer en los campos de juego?
La sociedad va aceptando cada vez más a las mujeres en todos los ámbitos del fútbol. Transcurrieron muchos años desde que nos incorporamos las pioneras y, afortunadamente, podemos apreciar la evolución en un mundo que siempre fue bastante machista. Considero que cuando la gente se abstrae de atender al género, es decir, si dirige un hombre o una mujer y evalúa por lo que hacemos en el terreno, la opinión cambia y celebro que así sea.
-¿Qué opinión tenés del VAR?
El VAR es, sin dudas, una gran ayuda y un avance enorme para los árbitros, pero también para los equipos. Si bien siempre intentamos ser justos, somos humanos y eso implica que podamos cometer errores. Con el VAR se minimiza mucho el margen de equivocación, ya que podemos revisar las jugadas y decidir correctamente en caso de haber fallado en la decisión inicial. Sabemos que estamos expuestos al error, pero el VAR puede salvarnos en jugadas determinantes del partido. En Ezeiza comenzamos un curso excelente, muy interesante e intenso también. La idea es que cuando llegue el momento de trabajar con la tecnología estemos preparados y al nivel de la exigencia que los partidos requieran. El VAR es lo que se viene a nivel nacional e internacional y para quienes amamos el arbitraje, es una herramienta más para mantenernos vigentes y actualizados al máximo en esta profesión.
-Por último, ¿qué extrañas en estos tiempos donde lo cotidiano nos cambió tanto?
Extraño todo. Los partidos, el compartir con mis compañeros, los entrenamientos, el vestuario, el contacto personal con la gente del fútbol. Podemos estudiar y realizar encuentros virtuales, pero nada se compara con arbitrar. Al menos yo, soy feliz dentro de un campo de juego haciendo lo que me apasiona.
