Juan Ignacio Brown: "Por lo que significó para mi viejo, la Selección me genera orgullo y emoción"

Publicado: 02/06/2020

En medio de la dificultad reside la oportunidad, cita un fragmento de una frase atribuida al reconocido científico Albert Einstein. Y en un año sacudido por una pandemia tan hostil, Juan Ignacio Brown recibió su gran oportunidad, ya que el 2 de marzo firmó su contrato para unirse a la estructura de las Selecciones Juveniles nacionales. Proveniente del fútbol árabe, en donde fue campeón como entrenador del poderoso Al-Hilal, se sumó a un cuerpo técnico de primer nivel para conformar dupla técnica con Diego Placente en la Selección Sub 15. Conocedor de la Casa, hijo del gran José Luis Brown, no retiene su emoción al dialogar en exclusiva con nuestro sitio oficial:

-La primera pregunta es evidente, pero justa... ¿Qué sentís al formar parte de las Selecciones Juveniles?

-Me genera un orgullo enorme y mucha emoción estar en la Selección por lo que significó para mi viejo, un lugar soñado para él que fue siempre prioridad y lo llenaba de pasión. Tener esta oportunidad habiéndolo perdido el año pasado, sin dudas, me toca fibras íntimas.

-¿Cómo recibiste la solicitud para unirte al staff técnico coordinado por Bernardo Romeo?

-Fue justamente Bernardo quien en diciembre me manifestó el interés que tenían desde AFA para que él sea coordinador, y me preguntó cuáles eran mis ideas, ya que yo venía trabajando en el fútbol profesional. Una vez que asumió el cargo me ofreció la posibilidad de sumarme al proyecto, a lo que yo automáticamente respondí en forma positiva. El Presidente (Claudio) Tapia recibió bien mi convocatoria para formar parte de las Selecciones Juveniles, factor lógicamente clave y definitivo para que pudiera empezar a ejercer mi cargo en la Sub 15.

 



Es aspecto conocido el que ciñe la filosofía que se transmite desde la Sub 15 hasta la Sub 23, ya que los equipos técnicos de Fernando Batista, de Pablo Aimar y de Diego Placente realizan una labor mancomunada, la cual sustenta los éxitos recientes. Acorde a esa ideología, Brown asegura las metas a cumplir en su nuevo desafío:

-¿Qué objetivos te planteás para esta nueva etapa?

-Los objetivos pasan por tratar de darle continuidad al trabajo que ya vienen haciendo Pablo (Aimar), Diego (Placente), el Bocha (Fernando Batista) y sus equipos en Juveniles, con la conformación de seleccionados competitivos que disputen torneos de renombre, poniendo siempre nuestra camiseta lo más alto posible y priorizando el respeto y el sentido de pertenencia. Los valores y la educación son pilares fundamentales para la labor con chicos.

Un repaso futbolero es motor de la entrevista para un apasionado, ya que el ex jugador de Estudiantes de La Plata, SC Espinho, FC Barreirense, Los Andes, Unión de Santa Fe, The Strongest, Almagro, Ferro, Tiro Federal, Barracas Central y Jorge Wilstermann colgó los botines a sus 34 años, fruto de lesiones en su rodilla derecha (ligamentos cruzados rotos en dos ocasiones), y seis meses más tarde comenzó a dirigir en las categorías inferiores de Estudiantes, el club que lo vio nacer. Pero antes de eso, sobre el campo de juego, Brown pudo conquistar un ascenso con Barracas Central (en 2010), además de haber participado en Copa Libertadores y haberse consagrado en el torneo boliviano con The Strongest (2004). Luego, sí, sería el momento de cambiar de rol y alcanzar el éxito en cinco oportunidades con el Al-Hilal, tras su paso por Agropecuario (con Sebastián Saja): su equipo Sub 17 fue campeón de la liga saudí y del Mundial de Clubes en 2016; con la Sub 20 del conjunto capitalino ganó copa y liga; finalmente, fue campeón del torneo de Primera División en 2018. "Lo que me pone contento, porque es lo más importante para un formador, es que varios de los chicos a los que dirigí en juveniles hoy están jugando en el primer equipo", afirma Brown, guiado por lo que dicta su oficio.

 


Juan Ignacio Brown, en su etapa como DT de Al-Hilal.


-¿Cuál es tu insignia como entrenador?  

-Mi impronta se basa en el buen juego, la intensidad de los equipos, el compromiso para atacar y defender, la recuperación rápida tras pérdida. Creo que también la clave es que el equipo esté comprometido bajo un sentido de pertenencia, siempre unido ante la premisa del buen fútbol y también del sacrificio, porque cuando no se puede jugar bien también hay que sacar a relucir ese valor.

-En tus primeros pasos como DT, tuviste una experiencia exitosa en Arabia Saudita.

-En Arabia la experiencia fue muy buena, yo llegué al club más grande del Golfo, que es el Al-Hilal, para dirigir la Sub 17. En base al buen desempeño y a los resultados positivos fuimos escalando categorías; al año siguiente comencé a dirigir la Sub 19, luego la Reserva y terminé en Primera. La verdad es que me sirvió mucho para potenciarme como entrenador y como persona, porque las particularidades, la cultura del lugar es muy distinta a la nuestra. En cuanto al fútbol saudí puedo afirmar que es un juego muy técnico, con jugadores que me llamaron la atención por su capacidad técnica; quizá el físico es un aspecto menos nutrido, pero que también tiene que ver con sus costumbres, su alimentación y cuestiones propias de la región. La liga no tiene el ritmo todavía de algunos certámenes de élite, pero fue creciendo muchísimo año a año y yo creo que va a llegar a ser un torneo importante. Para mí, en síntesis, fue una gran experiencia..., cuatro años de mucho crecimiento. Calculo que las puertas quedarán abiertas.

-En tu primera temporada como entrenador principal de un equipo de élite tuviste que reemplazar, nada más y nada menos, a Ramón Díaz..., y cumpliste con creces. ¿Cómo fue ese proceso?

-El reemplazar a Ramón Díaz me tomó un poco por sorpresa, porque venía haciendo un gran trabajo. Pero a veces sucede en Arabia que el príncipe que maneja el club quizá está en desacuerdo con el director técnico y toma decisiones drásticas, uno aprende a convivir con eso. Entonces, fue el príncipe el que me llamó y me preguntó si estaba dispuesto a asumir el cargo de entrenador principal, porque yo estaba en Reserva en ese momento. Yo me comuniqué con el cuerpo técnico de Ramón, porque correspondía y además guardaba buena relación con ellos, y su recomendación fue que aproveche la oportunidad. Terminó siendo una posibilidad linda, porque se trata de un equipo muy grande y aún quedaban unas siete fechas por delante, más algunas de la Champions asiática. El equipo había quedado un poco diezmado porque los jugadores más importantes estaban lesionados o suspendidos, pero pudimos encontrar el camino.

-¿Cuáles fueron las claves para poder salir campeón con ese equipo?

-Creo que el hecho de aferrarme a jugadores de experiencia, de darles confianza, fue un factor fundamental. También hicimos algunas modificaciones en el equipo incluyendo a jugadores que no venían disputando muchos minutos y respondieron con creces. Hubo un punto de inflexión en el partido frente a Al-Qadisiya, que es un conjunto del interior, y nos tocó ganar 1 a 0, ese fue el encuentro donde se retomó el rumbo. Las cuatro fechas siguientes se jugaron en gran nivel y logramos consagrarlo.

 

El conjunto sito en Riad festeja su campeonato en 2018.

Tras su laureado paso por Al-Hilal, Juan Ignacio dirigió en Al-Wehda durante 2019, sin saber que unos meses después llegaría un llamado que lo ligaría al vestuario albiceleste. Fiel a la dinastía familiar, el apellido Brown vuelve a resonar en el Predio de Ezeiza. Nombre de campeón, hoy se vincula a la formación de promesas para nutrir a la Selección Mayor.

-Sin dudas, el apellido Brown mantiene un vínculo intrínseco con la Selección Nacional. ¿Puede ser una ventaja el hecho de conocer la estructura desde adentro?

-El mundo Selección es muy conocido por mí y por la familia. Mi papá estuvo muchos años ahí y yo iba al Predio de Ezeiza cuando recién se estaba inaugurando. Pasé por todas las etapas, porque al principio el Seleccionado donde jugó mi viejo (el consagrado en el Mundial de México 1986) se entrenaba en el Sindicato de Empleados de Comercio y luego empezaron a practicar en el predio. No sé si es una ventaja el hecho de conocer el planeta albiceleste, pero sí puedo afirmar que sé lo que costó construir toda esa infraestructura, los jugadores que han dejado la vida para poner la camiseta de Argentina lo más alta posible, el sacrificio al estar lejos de la familia en las concentraciones... Uno siempre trata de inculcarle a los chicos eso, el valor y el amor por la camiseta, el respeto a propios y rivales..., creemos que son conceptos que tienen que pregonar en Selecciones Juveniles.

 


El 2 de marzo de 2020, Juan Ignacio Brown se unió a la estructura de Selecciones Juveniles tras firmar contrato con la presencia del Presidente de la AFA, Claudio Tapia.


-Tu relación con el coordinador de Juveniles se remonta a la etapa adolescente. ¿En qué puede beneficiarte trabajar con gente conocida?

-A Bernardo (Romeo) lo conozco desde los 14 años, porque nos iniciamos juntos en las juveniles de Estudiantes de La Plata. Él estuvo un tiempo viviendo en mi casa cuando se vino a Buenos Aires desde Tandil, hasta que se pudo acomodar y consiguió un departamento; forjamos una relación casi de hermanos. El fútbol nos llevó a distintos destinos, pero siempre nos mantuvimos en contacto. En la adultez nos tocó trabajar juntos en San Lorenzo, él como manager y yo como secretario técnico, y la verdad es que las cosas salieron muy bien a nivel deportivo e institucional. Creo que ambos coincidimos en que es importantísimo formar grupos de trabajo amenos, porque las cosas salen mucho mejor al tener confianza entre pares, al poder delegar tareas. Esto hace mucho más fluida la actividad. Por el tiempo que he podido compartir con todos los integrantes del staff de Selecciones Juveniles, tanto de la Sub 23 y 20 como de la Sub 17 y 15, creo que hay una gran calidad humana y podemos dejar una marca en AFA, que es lo más importante.

-¿Y con Aimar y Placente? ¿Ya tenías contacto?

-Sinceramente, con Pablo (Aimar) y Diego (Placente) no tenía relación, más allá de haber jugado en contra cuando éramos jóvenes. Y me encontré con dos personas muy abiertas, que enseguida me han hecho partícipe de todas las metodologías tratadas. El diálogo es fluido y uno viene a aportar su granito de arena y a aprender de todos ellos, yo soy un convencido de que en esta disciplina uno siempre puede aprender. Los miembros del equipo laboral de Selecciones Juveniles han tenido experiencias importantes y han convivido con grandes entrenadores, por eso no tengo dudas de que este proceso será muy enriquecedor para mí como profesional.

-¿Cuál es la fórmula para realizar una labor organizada?

-Todos anteponemos al respeto como factor primordial para sustentar el valor que se le da a esta camiseta, el compromiso y la responsabilidad que tenemos. Sin dudas, estoy muy feliz de compartir esta etapa con gente tan idónea y deseo que las cosas nos salgan de la mejor manera, ya que si nos va bien a nosotros le irá bien a la Selección.