El fiel retrato de lo que es poderío ofensivo de la Selección, además de lo que ya dice la chapa por sí sola, se puede encontrar en las últimas escenas de la goleada ante Paraguay. Mientras Gonzalo Higuaín ya calentaba para ingresar, Sergio Agüero clavó un cabezazo implacable en la última pelota que tocó. Y en la primera que recibió, Pipita hizo lo mismo aunque en su caso con un remate furibundo.
"Estamos muy bien, se mejoró mucho el juego y trataremos de seguir así. Chile tiene buenos jugadores y es local, va ser una final difícil", manifestó el Kun.
Para el delantero del Manchester City fue su tercer grito en la Copa América. Para el del Napoli, el segundo. Y así, los dos 9 decoraron una goleada que está a la altura de los intérpretes ofensivos que tiene el Tata Martino.