La cuarta Copa América llegó, una vez más, como local. Además de Argentina, participaron Paraguay, Uruguay y Perú (el formato del certamen fue un único grupo, todos contra todos). Luego de disputar los tres encuentros, el conjunto nacional finalizó con puntaje idea y, ante su gente, celebró un nuevo título continental.
El 3 de noviembre, Argentina debutó en la competencia, con un triunfo por 3-0 ante Perú, con tantos de Peucelle y dos de Zumelzú. Una semana más tarde, en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo, también se quedó con la victoria ante Paraguay, pero en esta oportunidad por 4-1.
El encuentro final también se disputó en Boedo, a donde asistieron más de 70 mil personas. Aquella jornada, el partido fue ante Uruguay, y todos en el estadio hablaban de una “revancha”, ya que ante este rival, Argentina había perdido el año pasado la final de los Juegos Olímpicos. Ante su público, el conjunto nacional se hizo fuerte y consiguió una merecida victoria por 2-0. A los 14 minutos, Nolo Ferreira convirtió un recordado golazo: a quince metros del arco, tomó el balón y sacó un violento zurdazo, el cual fue imposible para el arquero Andrés Mazali. Más tarde, Mario Evaristo marcó el segundo tanto, el cual desató la euforia del público argentino. Tras el pitazo final del paraguayo Barbas, Argentina consiguió su cuarta conquista a nivel continental. Una vez más, invicta y redondeando un gran torneo: tres victorias, nueve tantos a favor y tan sólo uno en contra.