"Ahora estoy entrenando con Reserva, y una o dos veces por semana practico con Primera, haciendo fútbol". Franco Orozco relata su historia reciente en la disciplina en tiempo presente, como si la pandemia no existiese o el aislamiento físico no fuese un hecho. Y sí, es lógico y a todos nos sucede. Por momentos, reflexionamos sobre nuestras actividades dejando de lado el contexto inédito en el que estamos inmersos. ¿Quién podría decir que eso no es sano, o al menos humano? Pero Franco, pocos segundos después, continúa con su declaración: "Ya jugué en Reserva en varias ocasiones y la pretemporada de enero la hice con Primera". ¿Por qué ahora en pasado? "Me acabo de dar cuenta de que estaba hablando como si hubiera jugado ayer, ja", confirma el juvenil que despliega su talento en el Club Atlético Lanús y que supo formar parte de la camada 2002 de las Selecciones Juveniles que se consagró en el Sudamericano Sub 15 de 2017 y en el Sudamericano Sub 17 de 2019. Es que la realidad nos separa a todos en forma física pero no aísla las proyecciones ni los recuerdos, y si de eso hablamos, Orozco fue pieza fundamental en el engranaje albiceleste y es promesa de buen fútbol por muchos años.
-¿Cuáles son los atributos que destacan los entrenadores en vos?
-Yo creo que la gambeta y la agresividad. Lo que principalmente me piden es que encare, que es por lo que más me caracterizo. En Reserva quizá hay más espacio porque hay jugadores grandes, y la categoría es un poco más desordenada y con espacios para jugar. En Primera también, pero el juego es mucho más rápido.
-¿Cambia el rol que cumplís en el club y en el que sos funcional en la Selección?
-Mi rol entre Selección y club no cambia demasiado, porque la ideología de fútbol es parecida en ambos lugares. Quizá sí me hacían bajar más para ejercer apoyo defensivo en la Selección y también me lo exigen actualmente en Reserva. En Lanús por momentos me ponen por derecha, pero generalmente voy por izquierda, como lo pedía Aimar en la Sub 17. En mi categoría, la Quinta, no me hacen bajar tanto a recuperar, sólo hasta mitad de cancha.
-Hablás de varias categorías en las que sos protagonista. ¿Cómo se dividen los tiempos para poder participar de entrenamientos de Primera, partidos de Reserva y de tu división también?
-Como Reserva se juega los viernes y juveniles los sábados, generalmente sucede que el que va al banco de Reserva al otro día puede jugar para Cuarta, Quinta o Sexta. A mí me pasó eso varias veces, de ser suplente en Reserva y luego desempeñarme en mi categoría al día siguiente. Eso te mantiene compitiendo constantemente y ayuda en el crecimiento. Por otro lado, el entrenamiento con Primera suplanta al que haría con juveniles, por lo tanto es extremadamente nutritivo.
-¿Tuviste que cumplir con alguna costumbre típica de todo juvenil al llegar a Primera?
-Sí, ja. Cuando debuté en pretemporada me cortaron el pelo. Y lo peor de todo es que nos cortaron el último día de la pretemporada, ni siquiera lo hicieron el primero, fue todo a propósito. Pero bueno, es la idea, ja.
-¿Cuándo y cómo te enteraste de tu primera citación para entrenar con el primer equipo de Lanús?
-Yo me había ido a Villa Gesell con la familia de mi novia porque tenía tiempo de descanso, esto fue a fines de diciembre del año pasado, ya que desde el club me habían informado que iba a hacer la pretemporada con Reserva. Entonces, el 2 de enero el preparador físico de Reserva me avisó que me tenía que presentar al otro día a las 17 horas para hacer pretemporada con Primera. Instantáneamente le avisé a mi viejo, que lógicamente se emocionó hasta las lágrimas y sabía que estaba en Gesell, pero justo el papá de mi novia tenía que volver a Buenos Aires y a la madrugada me llevó a casa. Fue una sensación hermosa porque te deja a un paso de pisar el césped de la élite. Ojalá haga las cosas bien para que sea pronto.
Franco Orozco disputó más de 30 partidos con la camiseta albiceleste, representando a las categorías Sub 15 y Sub 17.
Tamaña ilusión debió ser postergada hasta nuevo aviso. El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio forzó a todo el mundo de la redonda a detener su acción, pero está claro que el trabajo confirmará las expectativas del jugador de 17 años, que, como mencionó, está muy cerca de llegar a cumplir su sueño de niño.
-Lamentablemente, la pandemia coartó un poco la posibilidad de que tengas continuidad en Reserva y que puedas estar más cerca del debut en Primera. ¿Cómo manejó el club la situación?
-Sí, es un tema complejo pero de fuerza mayor y el club lo manejó a tiempo. Ya se venía hablando de que se iba a cortar la actividad. Recuerdo que el viernes 13 de marzo nosotros habíamos jugado con Reserva y el sábado debíamos jugar con River, pero ya había decidido no presentarse a competencias deportivas. Entonces entrenamos lunes y martes siguientes, pero esa tarde nos informaron que no se realizarían más prácticas y nos indicaron quedarnos en nuestras casas.
-¿Dónde y con quiénes pasás este momento?
-Yo estoy pasando este período en mi casa, en Ezeiza, con mi papá, mi mamá y mi hermano. La verdad es que el tiempo pasa lento, ja.
-¿Se cumplen las consignas?
-La gente en la zona cumple, hay muchos controles y a eso de las 14 o 15 horas cierran los supermercados y demás. Se pide documento para transitar y de acuerdo a la terminación del DNI se pueden hacer trámites, en los bancos por ejemplo, en forma ordenada. Creo que muy similar a lo que sucede en el resto del país, aunque con las particularidades de la región, lógicamente.
-¿Tenés familiares que sigan trabajando? Si es así, ¿qué precauciones toman?
-Mi mamá labura en el día a día, y mi papá con menor frecuencia pero también; ella trabaja en el sector financiero y él hace remisería en la estación de Ezeiza. Todas las mañanas salen con barbijo y mi papá la lleva para que no tome colectivos, a la tarde la busca él y vuelven juntos. Mi viejo lleva todas las cosas de higiene en el auto siempre. Mi mamá trabaja detrás de un vidrio, por lo que no tiene contacto con la gente, pero igualmente tiene instrucciones de utilizar barbijo. Al llegar a casa, lógicamente, no saludan y primero higienizan toda la indumentaria que llevan puesta para luego ir directo a bañarse.
-¿Cómo te sentís en esta coyuntura? La comunicación es fundamental...
-Realmente parece una locura todo esto que está pasando. Trato de despejarme un poco jugando a la PlayStation, varios juegos online y deportivos. También entreno con mi hermano, que es preparador físico, así que él me guía en ese sentido. Desde el club nos envían rutinas todos los días y también los profes de la Selección. Seguimos en contacto con los chicos de la Selección y también de Lanús. Son muchos años en esto y es importante para nosotros compartir la realidad que nos toca vivir. Además, trabajamos con la psicóloga del club y con los profes, cuerpo técnico y demás; es una cosa de todos los días. Lo bueno de eso es que mantenés, de alguna forma, una rutina.
-Importante la ayuda profesional en un momento que se presta para la reflexión, ¿verdad?
-Sí, a nosotros nos parece fundamental tener charlas con gente profesional que puede ayudar a que nosotros enfoquemos las cosas de determinada manera y pasemos este momento inédito de forma más amena. De hecho, también tengo ganas de hablar con Juan Manuel Brindisi, que es el psicólogo de Selecciones, y que me conoce mucho.
Con la misma soltura con la que compartió gambetas inolvidables en el 3-2 a Brasil para concluir la gesta que en noviembre de 2017 le dió el trofeo sudamericano a la Sub 15 nacional, Franco Orozco, quien también fue protagonista en duelos de la consagración en Perú de 2019 y en el Mundial Sub 17 de Brasil, responde a todo en el mano a mano para la sección #RetratoJuvenil. Y para cerrar sus conceptos, identifica su sensación con la de todos nosotros: "Estamos pasando un momento particular, en el que tenemos que tomar precauciones para salvar a mucha gente".