En el encuentro por semifinales, el conjunto dirigido por Nicolás Noriega venció 4-2 al Seleccionado local y se aseguró la obtención de la medalla de plata.
El partido no había comenzado de la mejor manera para nuestra Selección. Al minuto de juego, Paraguay abrió el marcador de la mano de Paola Britez. El apoyo de su público hacía a la Selección guaraní más fuerte. Pero Argentina revirtió la situación: con dos goles de la capitana Carina Núñez, dio vuelta el resultado del partido que, en el último minuto del primer tiempo, Paraguay consiguió llevar a la igualdad.
Era notable la pasión y la convicción con la que jugaban ambos equipos. Los partidos ante Paraguay ya se habían convertido en un clásico de la disciplina y, en este caso, se jugaban la clasificación a la final.
Argentina salió convencida en el segundo tiempo y, al minuto de juego, volvió a instaurar la diferencia, con un gol de Alejandra Giménez: en el área, Núñez cedió de taco el balón a Florentín, quien tiró el centro al segundo palo, para la llegada de Giménez.
Aún había tiempo en el reloj para estirar la ventaja y Núñez obtuvo su tercera conquista en el arco guaraní: recibió de espaldas una pelota llovida en la puerta del área y resolvió con una espectacular chilena. De esta manera, la capitana sellaba el triunfo albiceleste y la clasificación a la final del máximo torneo continental.
“Sé que hay un futuro enorme para estas chicas, que están destinadas a jugar muchas finales más”, declaró Nicolás Noriega, una vez lograda la medalla de plata. Y agregó: “Logramos el objetivo que nos habíamos puesto, llegar a esta instancia para disputar la final del torneo”.
En la final, Argentina fue derrotada por 4-1 ante Brasil, Seleccionado que ya se había consagrado campeón continental cinco veces.
De esta manera, Agostina Chiesa reflexionaba: “Quedamos muy contentas por cómo jugamos el torneo. Me quedo tranquila porque en la final con Brasil pusimos todo y sé que esta selección tiene un futuro enorme con las nuevas chicas que vienen jugando”.
El saldo del torneo coronó un año que había comenzado con otra medalla de plata, en el Grand Prix de Brasil, y una victoria ante el Celemaster en el mismo país.
Contexto
En 2017, la Selección femenina de Futsal comenzó un nuevo ciclo con la designación del cuerpo técnico a cargo de Nicolás Noriega, Ailén Habarna, como ayudante, y David Torrijo, como preparador físico. A partir de ese momento, el cuerpo técnico se dedicó a recuperar protagonismo en el escenario sudamericano y, a su vez, a convocar a jugadoras cada vez más jóvenes para formarlas en la disciplina.
Ese mismo año, luego de la disputa de encuentros amistosos en San Juan, Ushuaia y Asunción, el equipo afrontó su primera Copa América en Uruguay, logrando la medalla de bronce.
La Copa América de 2019 significó un cierre de un año espectacular, que había tenido la victoria de 5-4 sobre el multicampeón de Brasil, el Celemaster, y la obtención de la medalla de plata, en el Grand Prix jugado entre mayo y junio, también, en tierra brasileña.
El título del torneo solo se vió empañado por la lesión de Victoria Vélez, en el partido por la tercera fecha ante Uruguay, que dejó al plantel sin una pieza fundamental en los partidos definitorios del grupo y la fase final.
